miércoles, 23 de septiembre de 2015

Confesamos

Confesamos que somos cómplices de los poderes de la injusticia.
Oh Dios nuestro y Dios de nuestros padres:
que nuestra oración llegue hasta Tí.
Ya lo ves, Señor no somos ni audaces ni endurecidos,
ni te diremos: "Somos inocentes, no tenemos pecados",
sino que lo confesamos: hemos pecado.

Hemos condenado al inocente;
hemos cometido injusticias;
hemos endurecido nuestro corazón.
Nos hacemos ricos en la opresión.
Dormimos en blancas camas de racismo.
Hablamos muy bien del amor y maldecimos a nuestros enemigos.
Nos enorgullece la libertad e inventamos nuestra esclavidtud.
Critamos contra la explotación y nos explotamos entre nosotros.
Y, de esta forma, somos cómplices.
Somos cómplices  por nuestra violencia,
por nuestra atroz violencia de volver la cara
y no hacer nada.

Y Tú, Señor,
tan justo en todo lo que sucede,
has seguido siempre actuando
con amor y fidelidad para con nosotros.