Creemos en Dios, Padre de todos
y en Jesús, persona, como nosotros.
Creemos que en Jesús se ha dado la total
manifestación de amor y libertad
de Dios hacia el mundo.
Y la respuesta más completa de fidelidad
de la persona hacia Dios.
Creemos en el Espíritu,
buscamos en El nuestra paz
y el sentido de nuestra vida.
Creemos en la Iglesia,
presente en las comunidades
que por su fraternidad
gritan que Dios no ha muerto.
Y luchamos por hacer comunidad
entre nosotros.
Creemos en la gente,
en el valor de su persona y en su destino;
confesamos
que nuestra fe en Jesús y el amor
a los demás no son cosas distintas.
Creemos que la vida de la persona
está llamada a ser todo menos odio
y ausencia de paz,
experimentamos el pecado del mundo
como destrucción total de la persona,
realizado en nosotros mismos.
Pero también sabemos que
el pecado es una situación humana
que hace a Dios volcarse más
sobre la persona,
y a nosotros experimentar
el realismo del perdón fraterno.
Creemos que el destino de las personas
es la Vida y a esta esperanza nos lleva
la fe en Jesús resucitado.
Vivimos por eso en la alegría de saber
que el Reino de Dios se va realizando
poco a poco cuando alguien lucha por ser fiel
Creemos en Ti Señor
y en la persona que vamos haciendo todos.
