viernes, 25 de septiembre de 2015

Dios de exiliados y náufragos

Dentro de mí hay una parte perdida
que vaga día y noche sin horizonte
tropezando en la oscuridad,
hundiéndose en charcas y pozos,
gritando por ser encontrada.

Dentro de mí hay algo que se remueve;
es esa parte de mi ser que vive en el exilio
sin protección, llena de miedo,
escondiéndose y siempre a la intemperie,
sin nada y con la identidad rota.

¡Dios de exiliados y náufragos!,
encuentra mi parte perdida,
átala con cuerdas de ternura
y guíala hacia Ti con brazo firme,
porque Tú eres nuestra tierra prometida.

Toma al extranjero que hay dentro de mí
y dale tierra, familia y casa,
papeles, trabajo y semillas de esperanza.
Hazme hijo y hermano, amigo y ciudadano,
para que vuelva a soñar con tus promesas.