miércoles, 30 de septiembre de 2015

¿Dónde estás, me preguntas?

¿Dónde estás?
Que, ¿dónde estoy, me preguntas?
A tu lado estoy, amigo, en la noche de la espera,
en el alba de la vida, en el viento de la sierra,
en la tarde despoblada, en el sueño que no sueña,
en el hambre desgarrada y en el pan para la mesa;
en el hombre que me busca y en aquel que se me aleja,
en el canto del hogar y en el llanto de la guerra,
en el gozo compartido y en la larga amarga pena.
En el silencio sellado y en el grito de protesta.
En la cruz de cada día y en la muerte que se acerca.
En la luz de la otra orilla, y en mi amor como respuesta.

Que, ¿dónde estoy, me preguntas?
A tu lado estoy, amigo; vivo y camino en la tierra,
peregrino hacia Emaús para sentarme a tu mesa
al partir de nuevo el pan descubrirás mi presencia.
Estoy aquí con vosotros,
con el alma en flor despierta,
en esta Pascua de amor galopando por las venas
de vuestra sangre empapada de un Dios
que vive y que sueña.

Que, ¿dónde estoy, me preguntas?
A tu lado estoy, amigo; desnúdate a la sorpresa,
abre los ojos y mira hacia dentro y hacia fuera
que en el lagar del dolor tengo mis gozos y penas
y en la noria del amor,
yo tu Dios, llamo a tu puerta.

Que, ¿dónde estoy, me preguntas?
En tu vida, es la respuesta.