miércoles, 30 de septiembre de 2015

El Espíritu del Señor está sobre mí

El Espíritu del Señor está sobre mí,
el mismo Espíritu de Dios,
El Espíritu que une al Padre y al Hijo,
el Espíritu que animó, fortaleció y alegro la vida de Jesús.
Gracias, Señor, por el don del Espíritu, el regalo más grande que puedo recibir.
Que mi corazón esté siempre abierto para acogerlo.

El Espíritu me ha ungido,
ha iluminado mi mente,
ha llenado de amor mi corazón,
ha fortalecido mi voluntad,
me ayuda a aceptar las limitaciones propias y ajenas,
me ofrece la posibilidad de ir más allá de mi pobreza.
Gracias Señor.

El Espíritu me ha enviado,
no me encierra en ni comodidad egoísta.
Me capacita para dar la Buena Noticia a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos la vista.
Para dar libertad a los oprimidos;
para anunciar el año de gracia del Señor,
para que todos puedan sentir la misericordia y la ternura de Dios.

Señor, gracias por tu Espíritu, por contar conmigo.
Estoy dispuesto para dejarme la piel en esta misión.
Aquí estoy. Envíame.