sábado, 26 de septiembre de 2015

Enseñanzas de la Palabra

Dios Padre, danos entendimiento para comprender
lo que dicen las Escrituras de nuestra vida.

Cuando sufrimos, la Escritura nos recuerda
que compartes nuestro dolor y nos das tu consuelo.

Cuando no sabemos qué hacer,
la Escritura nos dice que Jesús es el camino, la verdad y la vida.

Cuando nuestro corazón se llena de alegría,
la Escritura nos recuerda que Tú ríes con nosotros.

Cuando nos cansamos de trabajar, de hacer el bien,
la Escritura nos anima a seguir, apoyados en Ti.

Cuando nos equivocamos y pecamos,
la Escritura disipa nuestro orgullo y nos ayuda a pedir y a recibir tu perdón.

Cuando no vemos el fruto de nuestro esfuerzo,
la Escritura nos recuerda todas las semillas algún día darán el treinta, el sesenta o el ciento por uno.

Cuando nos sentimos orgullosos de lo realizado,
la Escritura nos recuerda que hemos hecho lo que debíamos hacer.

Cuando nos creemos mejores que los demás,
la Escritura nos recuerda que, si estamos libres de pecado, tiremos la primera piedra.

Cuando nos creemos autosuficiente y nos aislamos,
la Escritura recuerda que Tú estás en los hermanos.

Cuando nos sentimos solos y despreciados,
la Escritura nos recuerda que somos preciosos a tus ojos y que, aunque nuestra madre nos olvide, Tú jamás nos olvidarás.

Cuando nos faltan los ánimos,
la Escritura nos recuerda que hemos recibido al Espíritu Santo. Él es nuestra fuerza, nuestro defensor, nuestro guía.

Cuando vivimos encerrados en nuestro egoísmo,
la Escritura nos dice que Tú nos esperas en los enfermos, los pobres, los pequeños, los indefensos.

Cuando nos critican por buscar la verdad y la justicia,
la Escritura nos recuerda que lo mismo les ocurrió a los verdaderos profetas y a Jesús.

Cuando la cruz y la muerte nos acechen,
la Escritura nos recuerda que tu amor es más fuerte que el sufrimiento y que nos preparas una vida eternamente feliz en tu casa del cielo.