jueves, 24 de septiembre de 2015

¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?

Cuando miro a los hijos de los hombres
y veo sus trabajos, sus afanes, sus amores,
sus progresos, sus conquistas y sus grandes esperanzas,
comprendo que has coronado de gloria y dignidad,
destinados a cultivar la obra de tus manos.

Y me pregunto aturdido:
¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?
Y tengo que confesar: Eres un Dios, amigo de los hombres.

Y cuando me contemplo a mí mismo,
y me siento gratuitamente amado,
y no sé de dónde me viene la alegría,
y siento que todo el cielo está dentro  de mí,
y que alguien me está salvando siempre,
me doy cuenta, amocionado, que soy un hijo tuyo,
y tengo que gritar y cantar y repetir
con un amor inexplicable:
¡Qué grande eres, Señor!
¡Qué grande es tu amor para conmigo!
Verdaderamente, ¡oh Dios! Tú eres mi Padre.

Salmo 8. Adaptación