miércoles, 30 de septiembre de 2015

Una sóla cosa es necesaria

Señor Jesús, no nos dejes caer en el activismo. Ayúdanos a comprender que, cuando tenemos mucho trabajo, la oración es el medio más eficaz para recibir constantemente fuerzas de Ti. Convéncenos de que quien reza no desperdicia su tiempo, aunque todo haga pensar en una situación de emergencia que hemos de dedicarnos sólo a la acción. Sabemos, Señor, que la relación contigo no reduce la lucha contra la pobreza o la miseria del prójimo. Todo lo contrario. Señor. Tu amor nos apremia a servirte en los que sufren. Somos sarmientos y Tú eres la vid; y  necesitamos rezar para permanecer en unión íntima contigo; para dar frutos de justicia, de solidaridad, de paz.

Enséñanos a pedir con confianza la luz, la fuerza y el consuelo de tu Espíritu; a presentarte con sinceridad nuestras necesidades y esperanzas, alegrías y contratiempos; a pedirte perdón sin miedo. Enséñanos a darte gracias porque, la oración no nos deja caer en desesperación cuando fracasamos, ni permite que nos hinchemos de orgullo cuando tenemos éxito. La oración nos ayuda a crecer en humildad en los malos momentos; a vivir la gratitud cuando la vida nos sonríe; a permanecen firmes en la certeza de que Dios es Padre y nos ama siempre, aunque a veces parece que no diga ni haga nada por nosotros.

Inspirada en Deus Cáritas Est 35-38.