domingo, 11 de octubre de 2015

Al comenzar el nuevo día

Oh María, Madre de Jesús y Madre mía, al
comenzar el nuevo día, regalo del Señor,
me dirijo a ti, para ponerme en tus manos
y en tu corazón.

Condúceme a Jesús, para que le
pertenezca enteramente, con mi voluntad,
pensamiento y corazón, con mi cuerpo y con
mis obras. Ayúdame a vivir en la gracia y
en el amor que el Padre me ha dado con la
efusión del Espíritu Santo, y hazme ser
acogedor con todos.

Reina del cielo,
guía y acompaña con tu materna inspiración hasta
mis menores acciones, para que todo sea hoy
una ofrenda espiritual agradable a Dios y
promueva un mundo más justo y fraterno.

Intercede por mí, Madre, y despierta el
corazón de hijo que duerme en todo hombre,
para que todos juntos
caminemos al encuentro  del Padre.

Amén.