viernes, 9 de octubre de 2015

Camino en todos los caminos de los pueblos.

Mujeres y hombres
de muchas sangres
pero de un sólo corazón
y en una misma Patria Grande,
te confesamos y te amamos
como el Corazón del Cielo
y el Corazón de la Tierra,
desde todos los tiempos
adorando a todas las culturas,
camino en todos los caminos de los pueblos.

Dios de todos los hombres
y mayor que todos ellos.
Hacedor del Universo,
Fuente de Vida,
Padre y Madre de todos nosotros,
hecho uno de nosotros,
y Liberador de todos
en Jesús de Nazaret.

Creemos que tienen el sueño
de hacernos plenamente humanos
-mujeres y hombres en armonía-
sobre esta Tierra Madre
que nos alimenta y nos une,
en una sola casa y en una mesa común.

Creemos que tu sueño coincide,
planificándolos,
con los mejores sueños
de todas las personas y de todos los pueblos.
Quieres hacernos felices,
ya aquí y más allá de la muerte,
contigo y con nuestros mayores
y con todos los hermanos y hermanas
de humanidad.

Pero sabemos que ese sueño tuyo
exige nuestra participación,
libre y solidaria,
en defensa de la Vida
y en la imploración de la
justicia y de la paz.
Y muchos hermanos y hermanas nuestros
ya dieron su tiempo y su sangre
colaborando con tu sueño.

Te sentimos presente
como "el cerca y el junto"
en nuestro caminar de Liberación
lo descubrimos en cada rostro humano
hombre, mujer, indígena, negro,
mestizo, blanco, niño, anciano,
y en la luz y en la tierra y en las aguas.
Y te acogeremos en todos los pobres
y marginados del mundo
como el gran Necesitado de nuestro amor.

Confiamos en la fuerza y el júbilo de tu Espíritu
que nos sostiene y nos impulsa
y nos hace cantar y danzar
y nos lleva por las veredas de la Utopía,
a pesar del dolor,
y contra el imperio de la destrucción.
Sabemos que vencerás los ídolos de la muerte,
adorados en el lucro y en la prepotencia,
asesinos de millones de vidas,
adultas y niñas,
en nuestro Continente
y en todo el Tercer Mundo.

Creemos que nos amas,
porque  eres Amor.
Sabemos que nos quieres siempre
más semejantes a tí.
Vida, Presencia y Comunión,
mujeres nuevas y hombres nuevos
en la comunión fraterna de tu Pueblo,
camino a la tierra sin males,
el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva
que nos ha preparado como herencia.