Nos animas a vivir atentos,
a velar para no malgastar la vida,
a poner atención en cada cosa,
a volcarnos en el presente.
Tú nos invitas a la vida auténtica,
nos sacas de la apatía,
nos entusiasmas con el presente
y nos llevas hacia la plenitud.
Tú, Señor, nos despiertas,
nos impides sestear la vida,
acomodarnos y vivir tranquilos
sin construir un mundo mejor.
Tú nos animas a crear vida,
a inventarla constantemente,
sin dejarnos arrastrar por los otros,
y a optar por tu modo y manera
de estar en este mundo.
Mari Patxi Ayerra y Álvaro Ginel