viernes, 9 de octubre de 2015

Has venido para buscar lo que estaba perdido,

No has venido, Señor, para juzgar
sino para buscar lo que estaba perdido,
para abrazar con ternura
lo que estaba enfermo y frío,
para liberar de culpas y temores
lo que estaba cansado y hundido.

Tú, que sabes que somos de barro,
acéptanos tal cual somos:
con nuestro pasado de pecado,
con el pecado del mundo,
con nuestros pecados personales,
con nuestra historia llena de ambigüedades...

No renuncies a ser Padre/Madre.
No nos dejes con nuestros fardos de siempre.
Infúndenos tu aliento de vida.
Llévanos nuevamente por tus sendas.
Sabes que somos de barro.
No abandones la obra de tus manos.

Florentino Ulibarri