miércoles, 7 de octubre de 2015

María, la virgen fiel

María, la virgen fiel...
Modelo de seguimiento
y corazón abierto
a la voluntad del Padre.
Maestra de la fe
en nuestra América Latina.
Señora de los humildes,
de los pobres,
los marginados y solos.
Los excluidos del sistema.
Los nuevos pobres
(en el frío e inhumano
lenguaje actual de las estadísticas).
Señora de los preferidos de Dios,
muéstranos el camino,
corre el velo de nuestros ojos,
cambia nuestras miradas,
convierte nuestros puntos de vista,
encarna en nosotros
la presencia de tu Hijo
y embebe nuestro corazón
con su mensaje.

Virgen fiel a la Palabra.
Que nos enseñas
cómo escuchar a Dios
cómo dejarse sorprender,
cómo guardar sin olvidar
lo que no se alcanza a entender
pero es necesario "rumiar"
para ir descubriendo
la voluntad de Dios.

Virgen fiel a la Palabra,
decidida,
comprometida,
que te entregas sin condiciones.
Nos muestras con tu vida
como ser fiel en el camino,
como no fallar en el intento,
seguir sin dejar caer los brazos.
Nos enseñas que la fidelidad
tiene momentos de dolor
e incomprensión,
y está siempre cimentada
en una enorme dosis de amor
que ayuda y permite
superar hasta lo más difícil.

¡Fidelidad!
¡Qué palabra difícil
en los tiempos de hoy!
María ayúdame a ser fiel,
fiel al amor compartido en la pareja,
fiel al amor entregado a los hijos,
fiel al amor compañero en los amigos,
fiel al amor ofrecido al Señor de la Vida.

Virgen fiel,
señora de los que buscan,
compañera de ruta,
nos señalas con tu ejemplo
que la fidelidad
se demuestra en la vida práctica
más que en las palabras lindas.
Para ser fiel al Señor
tu vives al servicio,
la entrega generosa y esforzada
a Isabel, que necesita ayuda.
Madre, danos valor
para vivir la fidelidad al Señor
en la acción solidaria a los que sufren,
ayúdanos a vivir
practicando la fe en obras de justicia
para crecer en fidelidad
y entrega al Reino de Dios
en medio nuestro.

Madre fiel
queremos seguir tus pasos
danos la fuerza
para vivir el evangelio
todos los días,
y no reducirlo
a un rito de día domingo.
Transforma nuestros corazones
ayúdanos a decir "Sí"
al Proyecto del Padre
que pasa por la construcción
de un mundo nuevo, justo y solidario,
desde ahora y desde aquí, en la tierra.
Amén.

Marcelo A. Murúa