jueves, 8 de octubre de 2015

Mi corazón es pobre

Mi corazón es pobre, Señor,
yo me siento de barro;
soy como arcilla abandonada,
que espera las manos del alfarero.
Pon Tus manos, Señor,
tu corazón, en mi miseria,
y llena el fondo de mi vida
de tu misericordia.
Protege mi vida. Sálvame.
Confío en ti.

Quisiera decirte lo que eres para mí:
tú eres mi Dios, tú eres mi Padre,
tú me quieres.
Te estoy llamando todo el día.
Concede alegría a quien
quiere ser tu amigo,
que mi confianza
la he puesto en ti.
Protege mi vida. Sálvame.
Confío en ti.
Yo sé que tú eres bueno
y me perdonas.
Sé que eres misericordioso

con quien abre su corazón
a tu amor y lealtad.
Escúchame. Atiéndeme.
Te llamo.
Yo vengo a estar contigo
y a quedarme junto a ti.
Protege mi vida. Sálvame.
Confío en ti.

Que mi corazón, sin dividirse,
sea todo tuyo.
Te doy gracias de todo corazón,
Señor, Dios mío,
te diré siempre que tú eres amigo fiel.
Me has salvado del abismo
profundo,
y he experimentado tu
misericordia.
Me has librado de los lazos
de la tentación,
y he experimentado tu
misericordia.
Me has hecho revivir,
volver al camino.
Protege mi vida. Sálvame.
Confío en ti.

Tú, Señor,
siempre estás pronto a ayudarme
y a animar mi corazón
cuando decae.
Tú, Señor, toma mi corazón de barro
y moldéalo
según la grandeza de tu misericordia.
Protege mi vida. Sálvame.
Confío en ti.