viernes, 9 de octubre de 2015

Mirar como Tú miras

Mirar como Tú miras,
con ojos claros y limpios,
comprendiendo siempre al hermano,
coherencia.

Saberse discípulo,
no tenerse por maestro
y gozar del aprendizaje diario,
coherencia.

Conocer a los árboles por su fruto,
no esperar higos de las zarzas,
ni uvas de los espinos,
coherencia.

Almacenar bondad en el corazón,
cultivar una solidaridad real
y sentir que nos desborda el bien,
coherencia.

Reconocer que no todo es tierra firme,
construir sobre roca nuestra casa,
no tener miedo a huracanes y riadas,
coherencia.

Admitir la pequeñez y los fallos propios,
quitar pronto la viga de nuestro ojo,
no humillar al hermano por no ser como nosotros,
coherencia.

Abrir nuestros ojos al mundo,
alegrarse por sus pasos y proyectos,
no caer en trampas y hoyos como ciegos,
coherencia.

Poner por obra tus palabras,
hablar con el lenguaje de los hechos,
olvidarse de máscaras y apariencias,
coherencia.

Coherencia, Señor,
de un aprendiz de discípulo
que, a veces, se atreve
a tenerte por maestro.

Florentino Ulibarri