domingo, 11 de octubre de 2015

Por mis hermanos de comunidad

Padre, hoy quiero pedirte por mis hermanos de comunidad.
Tú los conoces personalmente: conoces su nombre y apellidos,
sus virtudes y sus defectos, sus alegrías y sus penas,
su fortaleza y su debilidad, sabes toda su historia;
los aceptas como son y los vivificas con tu Espíritu.

Tú Señor, los amas, no porque sean buenos,
Sino porque son tus hijos tuyos.
Enséñame a quererlos de verdad, como amaba tu Hijo Jesús;
No por sus palabras o sus obras, sino por ellos mismos,
descubriendo en cada uno, especialmente en los más débiles
el misterio de tu amor infinito.

Te doy gracias, Padre, porque me has dado hermanos.
Todos son un regalo para mí, un verdadero sacramento,
signo sensible y eficaz de la presencia de tu Hijo.
Dame la mirada de Jesús para contemplarlos,
y dame su corazón para amarlos hasta el extremo,
porque también yo quiero ser para cada uno de ellos
sacramento vivo de la presencia de Jesús.
AMÉN.