sábado, 10 de octubre de 2015

Señor, ten piedad

Nos alimentamos de lo fácil:
de antojos,
de apariencias,
de ganas de tener,
de comodidad,
de modas,
de aire viciado,
de seguridades frágiles,
de nosotros mismos y no de Ti.
Señor, ten piedad.

Nos olvidamos de tu Palabra:
de tu buena noticia,
del mandamiento del amor
de la entrega y el servicio,
de poner nuestra confianza en Ti,
de proseguir tu causa,
de cantar tus maravillas,
de conversar con los hermanos.
Cristo, ten piedad.

Cargamos soledades estériles,
cruces inútiles,
miedos que nos paralizan,
inseguridades caprichosas,
insatisfacciones constantes,
deseos huecos,
ramas sin fruto,
oscuridades de siempre.
Señor, ten piedad.