Señor, bendice nuestra mente
para ser sensibles al dolor
de los enfermos y sus cuidadores;
para reconocer nuestras enfermedades.
Señor, bendice nuestros ojos
para que reconozcamos en el que sufre
tu rostro, y nos conduzcan
a sus luces y tesoros interiores.
Señor, bendice nuestros oídos
para oír las voces que suplican escucha,
para atender los mensajes
que no se pueden expresar con palabras.
Señor, bendice nuestros manos
para que no permanezcan cerradas ni frías,
para que transmitan calor y cercanía
a quien necesita una presencia amiga.
Señor, bendice nuestros labios
para que no pronuncien frases vacías,
para que expresen la comprensión y la verdad
que nacen de un corazón que ama.
