martes, 15 de diciembre de 2015

Bendita insatisfacción

Señor, gracias por las inquietudes, los vacíos y las insatisfacciones;
aunque no nos gusten, porque nos incomodan y descontrolan.
Gracias porque nos impulsan a madurar, a amar más y mejor,
porque nos animan a buscarte, a encontrarte y adorarte.
Ayúdanos a descubrir tu presencia y tu llamada en esos momentos.

Tú nos llamas, Señor, a caminar, a ser peregrinos, nómadas…
No tenemos una patria definitiva en esta tierra. Tú eres nuestra patria.
Tú nos llamas a dejar la comodidad y la seguridad del hogar,
a ponernos en camino, como Abraham, Moisés y los magos,
a peregrinar hacia dentro, hacia los hermanos y hacia Ti.

No sabemos, porque no lo dices, a donde nos conducirá el camino,
pero hemos de ponernos en marcha. Pararse es equivocarse.
Tú nos llamas y nos acompañas en nuestra peregrinación,
en los caminos rectos y fáciles y en los torcidos y complicados.
Tú nos das la luz, la fuerza y la esperanza para seguir avanzando.

Señor, ayúdanos a caminar; danos el convencimiento de que…
la Verdad está presente en nuestra verdad, pero está más allá;
la Justicia está presente en nuestra justicia, pero está más allá;
la Alegría está presente en nuestras alegrías, pero está más allá;
el Amor está presente en nuestros amores, pero está más allá;
Tú estás presente en nuestras misas y oraciones, pero estás más allá.

Señor, ayúdanos a caminar unidos, como pueblo solidario,
unidos a los que van por delante y a los que se quieren detener.
Enséñanos a disfrutar de cada momento y de cada peregrino;
de cada paisaje, de cada aventura, de cada aprendizaje…
Y danos la esperanza de que Tú nos esperas al final del camino.