¡Qué duros fueron para José esos días de incertidumbre, de no saber qué hacer! ¡Cuántos desprecios tuvo que soportar por acoger a una mujer embarazada! Pero la fe en Dios y el amor a María le fueron marcando el camino a seguir
Señor, dame la prudencia, la paciencia y la sabiduría de San José, para no precipitarme, para no dejarme llevar ni por las dificultades ni por las euforias; para saber esperar y acoger la luz que Tú nos ofreces, siempre en el momento más oportuno; para saber escuchar tu llamada en cada contrariedad.
Señor, dame la confianza de San José para seguirte, aunque no entienda todo, aunque no sepa donde me llevas; para caminar sobre el mar de las dudas con la seguridad de la fe. Amén.