martes, 15 de diciembre de 2015

Como una bendición

¡Señor, dispón de mí según tu voluntad!
Haz que sea pies y manos para los cojos y los mancos,
ojos para los ciegos,
oídos para los sordos,
boca y lengua para los mudos,
voz para las víctimas de la injusticia.

¡Señor, envíame a los arrozales!
Haz que lleve alimento a los que tienen hambre,
agua a los que tienen sed,
medicina a los enfermos,
vestido a los desnudos,
abrigo a los que tiemblan de frío.

¡Señor, envíame a los caminos desiertos!
Haz que sea una lámpara que ilumine los pasos
de los perdidos en la oscuridad,
fuego en la noche,
fuego que caliente a los que entumece el frío.
Haz que sea testigo de la compasión
para aquellos que caminan en su soledad.
Haz que devuelva su dignidad a los oprimidos,
haz que dé la libertad a los abatidos.

¡Señor, envíame a los lugares más remotos!
Haz que lleve la paz a los que viven en discordia,
la serenidad a los que viven en la angustia,
el consuelo a los que sufren,
la felicidad a los afligidos,
la suerte a los privados de ella.

¡Señor, hazme como una buena suerte!
Que dé felicidad a todos los desposeídos
que encuentre en mi camino.
Haz que ningún miedo me detenga,
que avance por el océano de la vida
con un corazón de volcán
y dulces manos como las de una madre.

¡Señor, conviérteme en un instrumento disponible para todo!
Que a todos lleve la paz y la alegría de la felicidad.
Mi suerte la pongo en tus manos.
Tú que eres Dios, Amor y Sentido de la vida,
dame la plenitud de tu esperanza
para que en ti y sólo en ti encuentre mi felicidad.

Amén.

Joseph Nguyen Công Doan, S.J