jueves, 17 de diciembre de 2015

Fraternidad

Señor Jesucristo,
columna de unidad
y rey de la fraternidad.
Envíanos cada mañana
una ráfaga de tu espíritu.
Derriba los muros de separación
levantados por el egoísmo,
el orgullo y la vanidad.
Aleja de nuestra casa
las envidias que siembran discordias.
Líbranos de las inhibiciones.
Sosiega los impulsos
y cólmanos de serenidad.

Haz surgir en nuestras intimidades
corrientes sensibles y cálidas
para que nos perdonemos
y nos comprendamos,
nos estimulemos y nos celebremos
como hijos de una misma madre.

Retira de nuestro camino
las rivalidades y aversiones
rompe los bloqueos
para que seamos unos con otros
abiertos y leales,
sinceros y veraces.

Crezca la confianza
como árbol frondoso
a cuya sombra todos nos sintamos felices.
Y así seremos ante el mundo
el argumento sensible y profético
de que tú, oh Jesús,
estás vivo entre nosotros. Amén.

Ignacio Larrañaga