martes, 15 de diciembre de 2015

Miguel, Rafael y Gabriel

Señor, en la fiesta de los santos ángeles,
dame un corazón y una mirada de niño,
que sepa sorprenderse y acoger
a tantos ángeles que me acompañan,
me protegen, me guían y me cuidan,
desde el cielo y desde la tierra,
sin hacer ruido, sin dejarse notar.

Y que yo también sea también un ángel
para las personas con las que me encuentre;
que sea, como Rafael, medicina de Dios,
para los que sufren en su cuerpo y su alma;
que sea, como Gabriel, fuerza de Dios,
para los que están a punto de caer;
que sea, como Miguel, guerrero de Dios,
para defender a Dios y a sus preferidos:
a los más pequeños, pobres y necesitados.

Señor, gracias por los ángeles que cuidan
y ayúdame a ser un ángel bueno para mis hermanos.