viernes, 18 de diciembre de 2015

Por los internautas

Señor Jesús,

Tu voz calma las aguas en el mar de Galilea. Regálame tu voz, regálame tu acento y guíame a través del mar del nuevo milenio, este mar inmenso que todos llamamos Internet.

Frente a esta pantalla desfilan los dolores y las esperanzas, los gozos y las angustias de millones y millones de mis hermanos. Las noticias, las empresas, las conversaciones y los correos son otras tantas puertas que me acercan a las historias y los corazones de tus hijos, aquellos por los que tú, Jesucristo, rogaste con lágrimas en Getsemaní y con tus llagas y sangre en el Calvario.


Señor, Internet es una ventana a la humanidad, quizá la ventana más grande que hemos tenido jamás. Dame tus ojos para descubrir detrás de cada rostro que llega a mi ventana ese drama grande o pequeño que vivimos los hombres y las mujeres del tercer milenio cristiano.

Señor, yo te pido que seas tú mi gran portal; condúceme a los lugares, páginas, chats y correos que puedan hacerme bien y donde yo pueda hacer el bien. Dame sabiduría y fuerza de voluntad para evitar lo que pueda lastimar la gracia en mi alma o donde yo pueda hacer daño o dejar de hacer bien a mis hermanos.

¡Cristo, Palabra del Padre! Cristo, tú eres el mensaje que esperamos; tú eres la imagen que necesitamos; porque en ti Dios Padre ha mostrado la verdad de su amor y de su gloria. Por eso te ruego, te clamo: llena con la noticia del Evangelio estas conexiones. Saluda desde aquí a tus jóvenes y niños; da un abrazo de amor a quienes se sienten solos; orienta con piedad a quienes pueden naufragar en estas aguas; únenos más allá del torrente de bits en un torrente de gratitud, oración y alabanza.

Jesús, amor de nuestras almas, gracias por oír la plegaria que juntos te ofrecemos. Junto a María, la Virgen y Madre del Cenáculo, somos un solo corazón en tu Iglesia, para implorar la gracia divina que nos hará testigos de la potencia y la belleza de tu Pascua.

¡A ti la gloria y la alabanza por los siglos! Amén.

Fr. Nelson Medina, O.P.