Señor, nos tomaste en serio.
Te encamaste sin privilegios,
para ser como nosotros.
Plantaste tu tienda a nuestro lado,
para andar con nosotros el camino.
Viviste entre conflictos y pobre,
para que nadie se llevara a engaños.
Eres luz,
y nos invitas a ser testigos de la luz y a defenderla.
Eres amor,
y nos empujas a entregamos a los que más lo necesitan.
Eres verdad,
y nos dejas en medio de un mundo de mentiras.
Eres libertad,
y nos liberas para vivir la libertad como servicio.
Eres camino,
y nos conduces a un mundo sin fronteras.
Eres palabra,
y nos animas al diálogo y al silencio.
Eres perdón,
y das aliento de esperanza a nuestros fracasos.
Eres paz,
y nos empujas a construir un mundo sin violencia.
Eres amigo,
y nos brindas soñar juntos comunidades de amistad.
Eres unidad,
y nos enseñas a vivir en la diversidad.
Eres fiel,
y nos invitas a ser tolerantes.
Eres vida,
y nos prohíbes construir una cultura de muerte.
Eres crucificado,
y nos invitas a abrazar el mundo entero.
Eres Señor,
y nos propones construir la utopía del Reino sirviendo.
Señor, nos tomaste y nos tomas en serio.
Florentino Ulibarri