sábado, 5 de marzo de 2016

Llamada a la fraternidad

Señor, te doy gracias, porque me has llamado,
porque nos llamas a todos para formar una gran familia,
una familia en la que nadie domine a nadie,
una familia que respete y potencie el crecimiento de todos,
una familia en la que los pobres, los que están tristes, los fracasados,
los despreciados, los débiles se vean valorados
y sean escuchados y respetados y asistidos.

Nos llamas para rescatar a los perdidos,
para rebajar a los soberbios y prepotentes.
para convocar a todas las personas a una gran fraternidad.

Te doy gracias, porque todos somos valiosos para ti,
por grande que sea o nos parezca nuestra debilidad.
Necesitas gente que no tenga miedo de ser débil.
que se deje llevar por ti día a día.
No quieres superhombres ni supermujeres,
porque no sabrían ser hermanos,
no sabrían compadecerse de los pequeños,
ni sabrían ser verdaderamente agradecidos.

Necesitas gente sencilla,
que conozca su propia debilidad
y así aprenda a sostenerse en ti y en los hermanos.
Si no somos débiles, ¿cómo podríamos recibir?
Si no recibiésemos, ¿cómo podríamos ser agradecidos?
Necesitas gente que sepa compadecerse de sus hermanos,
con respeto y sin mentiras.

Ayúdanos a construir tu fraternidad,
a no creernos más que nadie,
a no despreciar, a no juzgar, a no condenar a nadie,
a creer en tu amor por cada persona.

Ayúdanos a no considerarme menos que otros,
a no despreciarme y condenarme,
porque yo también soy obra tuya,
porque me aprecias y me amas con locura.

Señor, ayúdame a ser hermano,
Tú no quieres que sea ni señor ni esclavo de nadie.
Ayúdame a distinguir el mal del bien,
a no pasar de largo ante los problemas de la gente.
No dejes que me cruce de brazos,
antes de llegar a dar la vida.

Señor, gracias por acordarte de mí y llamarme.
Cuenta conmigo, Señor, toma mi debilidad
Acompáñame y guíame cada día. Amén.


--------------------------------------

Otra versión en forma de "Carta de Dios"

Ahora quiero pedirte ayuda. ¡Si me hicieras ese favor!

Para mi proyecto necesito urgentemente amigos, amantes, embajadores, compañeros, apóstoles, hijos, obreros. Necesito gente que como yo quiera colaborar en hacer una familia entre todos.
Una familia en la que nadie domine a nadie.
Una familia que respete y potencie el crecimiento de todos.
Una familia en la que los pobres, los que están tristes, los fracasados, los despreciados, los débiles se vean valorados y sean escuchados y respetados y asistidos.

Necesito gente que rescate a los perdidos.
Gente que rebaje a los soberbios.
Gente pescadora de gente para la fraternidad.
¿Quieres venir conmigo? ¿Te animas al trabajo?

Todos me valéis, por grande que sea y os parezca vuestra debilidad.
Necesito gente que no tenga miedo de ser débil.
Lo que quiero es gente que se deje llevar por mí día a día.

No quiero superhombres ni supermujeres, porque no sabrían ser hermanos: no sabrían compadecerse de los pequeños, ni sabrían ser verdaderamente agradecidos.
Necesito gente sencilla.
Necesito gente que conozca su propia debilidad y así aprenda a sostenerse en mí y en los hermanos.

Si no fueran débiles, ¿Cómo podrían recibir?
Si no recibiesen, ¿cómo podrían ser agradecidos?
Necesito gente que sepa compadecerse de sus hermanos desde dentro, con respeto y también sin engaños, porque conoce sus misma debilidades.
Necesito gente que no se crea más que nadie y crea en mi amor por todos esos hermanos.
Gente que no se considere menos que nadie, porque cree en el amor que le tengo.

No me sirven los que condenan o desprecian a los demás, ni los que se condenan o desprecian a sí mismos.
Para hacer mi familia no necesito jueces.
Necesito hermanos.

Tampoco me sirven los que no se atreven a distinguir el mal del bien.
Ni los que se cruzan de brazos, vencidos de antemano, antes de llegar a dar la vida.
Para hacer mi familia no necesito pasotas.

¿Puedo contar contigo, amigo, amiga? ¿Te dejarás acompañar y guiar por mí día a día?
¿Puedo contar, con tu debilidad que me será útil?
Te espero!!!!