sábado, 5 de marzo de 2016

Quién soy yo para que me visite la Madre de mi Señor?

Señor, te damos gracias por la Virgen María.
María es bendita por Jesús, el fruto de su vientre.
También nosotros somos benditos y afortunados,
porque podemos recibirte en el corazón, en la Comunión.

¿Quién soy yo, Señor, para que me hables y me escuches;
para que me ayudes y me salves de mis angustias,
para tener como madre a la Virgen María?
No soy nadie, pero Tú has querido hacerme hijo tuyo y me amas.

Dichosa María, porque ha creído, porque se ha fiado de Ti.
Tú nos has prometido acompañarnos en nuestro caminar,
y acogernos, algún día, en tu casa del cielo.
Aumenta nuestra fe, Señor, en ti y en tu palabra.