Señor, Tú eres nuestra luz,
nuestro camino, nuestra verdad.
Pero a veces tengo miedo,
tengo pereza para seguirte:
¡Hay tantas cosas fáciles,
que conquistar sin esfuerzo!
Me siento pecador, ante Tí;
pero sé que me quieres,
me comprendes porque eres bueno,
porque tienes un corazón sensible,
porque eres Padre.
Perdóname.
Abrázame y tu amor cambiará mi corazón.