miércoles, 20 de abril de 2016

Terremoto

Señor, de vez en cuando la Tierra deja de ser Madre,
y ser convierte a una madrastra que se traga a tus hijos.
Su belleza se esconde y aparece su fuerza destructora.
La armonía que Tú creaste se transforma en caos y llanto.
De repente, en unos segundos, todo se tambalea y se cae.


Señor, te pedimos por todos los que han sufrido este terremoto,
por los que lloran desesperados, porque lo han perdido todo:
familia, amigos, casas, trabajo, proyectos, alegría, esperanza...
Ayuda a las autoridades que tienen que afrontar el desastre
y a todos los que podemos poner nuestro granito de arena,
para que esas personas tengan una lágrima menos y una esperanza más.

Señor, queremos ser sinceros contigo y decirte lo que sentimos:
no entendemos porque no controlas las riendas de tu Creación,
parece que no te importa que tus hijos sufran y mueran,
tenemos la sensación, en fin, que no eres tan bueno como creemos.

En medio del dolor y los reproches, el consuelo se abre paso:
Tú nunca me has abandonado en los peores momentos,
has dado a mi corazón fuerza y ánimos para seguir adelante,
has puesto buenos samaritanos que han curado mis heridas
has convertido el sufrimiento en fuente de alegría,
a la muerte la has condenado a ser tierra de donde brota la vida.

Por eso, Señor, te pedimos que nos des sabiduría,
para reconocer que somos débiles y nuestra vida está en tus manos.
Te pedimos que fortalezcas nuestra fe,
para descubrirte, como una buena madre, junto a tus hijos que sufren.
Quizá, si no te encontramos, es porque no estamos junto a ellos.
Te pedimos que sostengas nuestra esperanza,
porque la bondad, la tuya y la nuestra, es más grande que el dolor.
Te pedimos que ensanches nuestra capacidad de amar,
para que en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad,
aprovechemos cada minuto de nuestra vida para hacer todo el bien que podamos. Amén