Te ruego, Señor, que en este tiempo decisivo de mi vida,
esté más unida a ti, por la oración, por la Eucaristía, por la entrega;
que elimines todo cuanto nos separa a mí de ti, y a ti de mí.
que me liberes de todo lo que me impide decidir con libertad y sabiduría.
Señor, sé que Tú, más y mejor que nadie, quieres mi felicidad más grande.
Por eso, quiero escuchar tu voz en mi cabeza, en mi corazón, en las personas...
Aunque a veces me asuste lo que me vayas a pedir, confío en Ti,
porque sé que tu camino es el que más conviene a las personas que amo
y coincide con los deseos más bellos y más hondos de mi corazón.
Quiero escucharte, Señor, y seguir tu camino, mi camino de felicidad.
Ilumíname, Señor, con la luz y la sabiduría del Espíritu Santo,
para aprender de mis experiencias, de mis errores y aciertos;
para reconocer la paz, la felicidad y la capacidad de servicio
que nacen cuando me acerco a tu voluntad, a mi camino de felicidad;
para superar las dificultades que todo camino acertado conlleva;
para advertir la desolación que produce recorrer caminos equivocados.
Líbrame de los malos consejos que me ofrecerán la ansiedad y la prisa.
Dame humildad para pedir perdón y rectificar cuanto antes los errores.
Concédeme serenidad y paciencia, para que sepa esperar tu luz,
la que siempre ofreces a quienes te amamos y queremos seguirte. Amén.
