domingo, 1 de mayo de 2016

Los secretos del Reino en parábolas

Te damos gracias, Jesús, porque, a través de las parábolas, nos has mostrado el corazón compasivo de Dios; un Dios Padre, que siempre nos mira con un amor increíble, nos acoge con una sonrisa emocionada y un abrazo generoso; un Dios sembrador que esparce en nuestro corazón las mejores semillas y nos regala a cada uno abundantes talentos y capacidades; un Dios que prepara una gran fiesta, donde se celebre la vida, el perdón y la liberación definitiva de todo lo que esclaviza y degrada al ser humano; un Dios que garantiza un futuro feliz a todos los pobres Lázaros del mundo; un señor generoso que mide el premio mucho más por el amor que él siente hacia los trabajadores que por el fruto que éstos hayan conseguido.

Te damos gracias, Jesús, porque a través de las parábolas nos animas a sacar lo mejor de nosotros mismos, a ser buena tierra que acoja sólo la mejor semilla, a reconocer, agradecer y multiplicar los talentos recibidos; a vivir los valores del Reino: la importancia de lo pequeño y la paciencia (mostaza, levadura, higuera, cizaña, sembrador), humildad (el siervo y el amo), discreción (semilla que crece por sí sola), acoger a todos (banquete, obreros en la viña), libertad, perdón y reconciliación (hijo pródigo, oveja perdida, moneda perdida, siervo despiadado, dos litigantes), prudencia, sensatez e inteligencia (hombre fuerte, administrador astuto, rico insensato), gratitud (los dos deudores), alegría y renuncia (tesoro y perla), perseverancia (la viuda y el juez injusto, amigo inoportuno), vigilancia (vírgenes, ladrón nocturno, siervo fiel, portero), amor y servicio (el buen samaritano, Lázaro y Epulón).

Te damos gracias, Jesús, porque, a través de las parábolas, has compartido con nosotros los "secretos del Reino": la misericordia del corazón de Dios y el camino de la felicidad más grande.

Inspirada en textos de Martin Descalzo