viernes, 6 de mayo de 2016

Se hizo carne y nos humanizó

Y la Palabra se hizo carne
viva,
sensible y tierna,
cálida y cercana,
entrañable,
Dios encariñado,
Dios humanizado,
Hijo y hermano,
libre y palpable.

Sí.

Se hizo caricia y gracia,
grito y llanto,
risa y diálogo,
silencio sonoro,
balbuceo de niño,
eco de los que no tienen voz,
buena noticia,
canto alegre,
toque liberador...

¡Y nos humanizó!


Florentino Ulibarri