viernes, 6 de mayo de 2016

Si Dios fuera ¡todo!

¿Y si Dios fuera "el viento"
que penetra por la nariz y por todos los poros
hasta oxigenarnos los pulmones y el espíritu?

¿Y si Dios fuera "el silencio"
que envuelve cada noche en papel de celofán
nuestros sueños azules y locos?

¿Y si Dios fuera "el río"
que baña y refresca nuestros pies cansados
y calma nuestra sed de vida y ternura
en este mundo peregrino?

¿Y si Dios fuera "la roca firme"
que se alza en el horizonte
y que protege a vecinos y transeúntes
de tormentas, calores, huracanes y nieves?

¿Y si Dios fuera "el perfume"
que llena nuestra vida de gozo y placer
sin pedirnos nada?

¿Y si Dios fuera "el fuego"
que quema y consume nuestras entrañas
para que resplandezcan esas pepitas de oro escondidas?

¿Y si Dios fuera "la música"
que nos invita a cantar y bailar en las plazas
rompiendo todas las reglas con alegría?

¿Y si Dios fuera "el rocío"
que nos refresca cada día la historia y la vida
para que andemos despiertos y erguidos?

¿Y si Dios fuera "el mendigo"
que nos tiende su mano
sin atreverse a confesar sus miedos y sus hambres?

¿Y si Dios fuera "el emigrante"
que expone su vida en toda travesía
y que ya no sabe dónde asentarse
porque le hemos confiscado todas sus creaciones?

¿Y si Dios fuera "el niño"
que desde las ventanas de su cuerpo
nos hace carantoñas de plastilina?

¿Y si Dios fuera "el seno materno"
que todos necesitamos
para nacer y volver a nacer a esta vida
que nos ofrece ser hijos, hermanos y libres?

¿Y si Dios fuera "el grito"
de los pueblos oprimidos en la tierra
que viven y mueren ignominiosamente
reclamando un puñado de libertad?

¿Y si Dios fuera "Jesús de Nazaret"
muerto y resucitado hace dos milenios,
y en la actualidad estandarte de vida y esperanza
de pobres, humildes, misericordiosos y perseguidos?

¿Y si Dios fuera a la vez
viento, silencio, perfume,
fuego, música, rocío, río,
mendigo, niño, grito,
roca firme, emigrante, seno materno,
¡Jesús el Nazareno!?

¿Y si tú y yo también fuéramos Dios
–dioses en miniatura– con la responsabilidad
de convertir este mundo inhóspito
en un "reino" de paz y de fraternidad?

¿Y si Dios fuera ¡todo!,
todo lo que vemos,
sentimos,
ignoramos,
y deseamos?

Florentino Ulibarri