domingo, 1 de mayo de 2016

Tarde te amé

Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé.
Y he aquí que Tú estabas dentro de mí y yo fuera,
y fuera te buscaba yo, y me arrojaba sobre esas hermosuras que Tú creaste.
Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Me mantenían lejos de Ti aquellas cosas que, si no estuviesen en Ti, no existirían.

Me llamaste y gritaste, y venciste mi sordera;
brillaste y resplandeciste, y ahuyentaste mi ceguera;
exhalaste tu fragancia, la respiré y ahora suspiro por Ti;
te saboreé y ahora tengo hambre y sed de Ti;
me tocaste y me abrasé en el deseo de tu paz.

Cuando me haya unido a Ti con todo mi corazón,
ya no habrá para mí dolor ni aflicción
y viva será mi vida, toda llena de Ti.

San Agustín