jueves, 5 de mayo de 2016

Tu dicha

¿Cuál es tu dicha, Señor?
Porque quiero hacerla mía,
Probármela, llevarla puesta todo el día.
¡No me escondas tu dicha!

¿Será tu dicha ese amor que Jesús entregó al ser humano?
Un amor de compasión, un amor de compañía,
un amor para que viva,
un amor que nunca muere,
un amor que no lo olvida,
y de nunca echar el freno.

¿Será tu dicha esa fe fuerte que tuvo tu madre, María?
Una fe alegre y esclava, que vuelve humilde y engrandece,
de ésas que operan en lo oculto,
de ésas que no tienen grietas,
de ésas que nunca se rinden,
de ésas que siempre confían.

¿Será tu dicha ese aliento que tu Espíritu dejó en este mundo?
Ese aliento que traza futuros, ese aliento que abre caminos.
Un aliento novedoso,
un aliento de osadía,
de esos que desatan nudos
de aquellos que quieren vivir juntos.

Seve Lázaro, sj