lunes, 20 de noviembre de 2017

Jornada Mundial de los pobres 2017

Todos somos mendigos, Señor Jesús,
mendigos del pan de tu Palabra,
mendigos del pan de tu Amor.
Gracias por regalarnos tu Pan,
por alimentar el hambre más profunda.

Gracias por los talentos que me has dado.
Que nunca me considere tan pobre
que no me crea capaz de compartir con los demás.
Que nunca me considere tan rico
que piense que no necesito nada de nadie.

Tú no quieres que ninguna persona sea descartada.
Y, por eso, nos has confiado una misión:
que tus dones lleguen a todos tus hijos,
que todos tengan pan, sanidad, casa, educación,
que todos se sientan respetados y queridos…

No dejes que el egoísmo me haga indiferente,
ante las pobrezas espirituales y materiales de las personas.
No permitas que me cruce de brazos
y tienda las manos a quien me necesita:
el hambriento y el enfermo, el forastero y el encarcelado,
el que sufre sin ayuda y el necesitado descartado.

Ayúdame a abrir los ojos de la cara y del alma
para descubrir la “fuerza salvadora” de los pobres.
Desde ellos, tú llamas a mi puerta y esperas mi amor.
Desde ellos, tú me bendices, me haces más humano,
me recuerdas que lo más importante de la vida es amar.

Señor, Tú tienes compasión de nuestra pobreza
nos regalas tu amor y nos revistes de tus talentos,
danos la sabiduría de buscar lo que cuenta
y el valor de amar con palabras y, sobre todo, con hechos.

Oración inspirada en la homilía del Papa Francisco.