sábado, 17 de febrero de 2018

¡Regresa!

Señor, Jesús, ayúdame a pararme y a mirar;
a regresar a la casa del Padre.

Toca mi corazón
y ayúdame a volver sin miedo,
a los brazos anhelantes y expectantes del Padre,
rico en misericordia,
que me está esperando,
con la mano tendida para acogerme
y los brazos dispuestos a abrazarme.

Toca mi corazón,
ayúdame dejar el camino de la soledad y la tristeza
y a volver sin miedo,
para participar de la fiesta de los perdonados,
para gozar de la vida vida,
que nuestro corazón tanto desea.

Toca mi corazón
y ayúdame a volver sin miedo,
para experimentar la ternura sanadora de Dios,
que cura las heridas del pecado,
renueva nuestro espíritu
y transforma nuestro corazón de piedra
en un corazón de carne.

Señor, Jesús, ayúdame a pararme y a mirar;
a regresar a la casa del Padre, a tu casa,
a mi verdadera casa.

(Ideas tomadas de la homilía de Francisco, en el Miércoles de Ceniza 2018)