viernes, 9 de febrero de 2018

Sordo mudos

Señor, lo reconozco:
muchas veces mi corazón es sordo mudo.

Sordo, para escucharme,
sordo, para escuchar el lamento de los que sufren,
sordo, para escuchar a quienes piensan distinto,
sordo, para escuchar el canto de la Creación.

Sordo, para escuchar tu Palabra,
esa palabra que cada día me recuerda quien soy:
"tú eres mi hija preferida, tu eres mi hijo amado";
esa palabra que cada día me recuerda cuál mi misión:
amar, servir, compartir la vida hasta el extremo.

Mudo, para comunicar esperanza,
mudo, para denunciar las injusticias,
mudo, para decir: ¡te quiero!
mudo, para pedir perdón,
mudo para contarte mi pena y mi alegría.

Acércate, Jesús, a mi corazón sordomudo;
toca con tu dedo mis oídos y mi lengua.
para que escuche y hable, como Tú, Señor.