jueves, 30 de mayo de 2019

Infinita paradoja de carne

Cuando el que es todo
se vuelve nada,
cuando el que es dueño
busca morada,
cuando el que puede
débil se halla,
de nada sirven mis ínfulas romas,
de nada valen mis formas pomposas,
mis necios honores son para nada.

Cuando el que crea
late en un vientre,
cuando el que truena
llora naciente,
cuando el ignoto
crece y aprende,
de nada sirven mis huecos proyectos,
de nada valen mis doctos consejos,
mis vanos méritos son para nada.

Cuando el que juzga
es perseguido,
cuando el que reina
tiembla de frío,
cuando el que ordena
busca cobijo,
ya solo queda salir de mi barca,
ya solo vale abrirte mi alma,
darte el timón y soltar mis amarras,
amar la enseña del amor que ama.



José Manuel Llamas
02/12/2017

(Basado en Hilario de Poitiers, De Trinitate 2, 25)