Gracias, Jesús, Camino, Verdad y Vida,
por el regalo del Camino de Santiago.
El Camino ha sido un especio precioso para...
- seguir caminando y avanzando,
- entretejer mi vida con personas queridas,
- conocer y disfrutar nuevas amistades,
- sorprenderme y aprender de cada confidencia,
- aligerar mi mochila de pesares,
- cargar el corazón de energía,
- reír a carcajada limpia,
- llorar y sanar alguna herida,
- sentir el abrazo de la tierra y el cielo;
- escuchar la llamada de amar más y mejor,
sobre todo a los caminantes menos afortunados;
- encontrarte a Ti, Dios peregrino,
del modo y en el lugar más inesperado.
