sábado, 9 de mayo de 2020

Corderos

Señor Jesús, te identificaste con un cordero,
manso, humilde, tierno, inocente...

Yo, Señor, prefiero identificarme con otros animales:
con el león o el águila, fuertes y poderosos;
con el mono, tan divertido y activo;
con el tigre o el caballo, ¡bellísimos!;
con el zorro o el cuervo, tan inteligentes;
con el delfín, tan atlético y simpático;
con el guepardo o el colibrí, ¡rapidísimos!

A veces quisiera dar miedo, como un tiburón;
o defender a los míos, como los elefantes;
o tumbarme en un diván, como un koala.

En fin, Señor, el cordero me parece poco adecuado,
poco atrayente, poco inteligente, para vivir feliz,
incluso, poco eficaz para construir tu Reino,
para luchar por un mundo más justo, limpio y fraterno.

Señor, convierte mis pensamientos y deseos.
Aunque esté muy lejos de Ti, Tú me atraes.
Hazme cordero. Humilde, manso, tierno.
Hazme cordero.