sábado, 9 de mayo de 2020

Por la Encarnación

Por la Encarnación, Dios se hace pequeño y humilde.
Señor, no nos dejes caer en la soberbia y la prepotencia,
que nos hacen despreciar a los demás y rechazar tu salvación.

Por la Encarnación, Dios pide nuestra ayuda, nuestra acogida.
Señor, ayúdanos a pedir ayuda, a darla cuando nos la pidan,
a acoger a todos, a acogerte.

Por la Encarnación, Dios se hace niño para mostrarnos su amor y su ternura.
Señor, transforma nuestro corazón de piedra, para que en nuestra vida,
en nuestra tarea, en nuestras relaciones haya más amor y más ternura.

Por la Encarnación, Dios se acerca y se hace pobre para enriquecernos.
Señor, haznos prójimos próximos de cuantos nos rodean,
de las personas que no tienen trabajo, cariño, alegría, esperanza…

Por la Encarnación, Dios nos pide nuestra compañía.
Señor, queremos estar a tu lado, dedicar tiempo a escucharte,
a sentir tu presencia en la oración de cada día y en la Eucaristía,

Por la Encarnación, Dios nos invita a contemplarle en Belén y en la vida.
Señor, vivimos en un mundo de prisas, que no nos deja ver lo que sucede,
no tenemos tiempo para pensar en lo que hacemos y lo que dejamos de hacer.
Cambia nuestra superficialidad y danos una mirada profunda,
para descubrirte en la vida.

Por la Encarnación, Dios trae la paz a la humanidad.
Señor, perdona y cura nuestros rencores,
críticas injustas, malos pensamientos, revanchas…
Danos un corazón nuevo, para ser pacíficos y pacificadores.

Por la Encarnación, Dios nos trae la posibilidad de vivir como hijos suyos.
Señor, a veces vivimos la vida "a medio gas", sin fuerza…
renuévanos, para que vivamos como buenos hijos tuyos,
como verdaderos hermanos.