Páginas

lunes, 14 de diciembre de 2015

Una mirada como la tuya

Señor, dame una mirada como la tuya, una mirada que no se quede en la superficie, que sepa bucear a lo más profundo de la realidad.

Señor, convencerme de que sólo permanece lo que se construye sobre el cimiento sólido del amor y la verdad, aunque parezca pequeño y débil.

Ayúdame a darme cuenta de que no quedará piedra sobre piedra de todo lo que se levanta sobre la mentira y el egoísmo, por grande y bello que parezca.

Señor, orienta y dirige mi trabajo y mi vida, para que no pierda el tiempo y la fuerza con lo que no tiene fundamento y desaparece; para que todas mis obras broten de ti, como de su fuente, y tiendan siempre a ti, como a su fin.