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lunes, 26 de abril de 2021

Cada decisión cuenta

¡Cuántas veces, Señor, actúo con frivolidad!
Como si las decisiones de cada día no fueran importantes.
Sin embargo, cada pequeña acción deja su huella:
en el corazón, en los hermanos, en la sociedad…

Mis palabras pueden alentar la esperanza o el pesimismo.
Mi comportamiento puede abrir heridas o ayudar a curarlas.
Mi mirada puede construir puentes o murallas.
Con mi dinero puedo contribuir a la fraternidad o a la injusticia.
Cada día puedo cavar infiernos o pintar arcoíris.
Con mi oración, puedo encerrarme en mí o abrirme a Dios
y, con Dios, amar y servir a los más pequeños y pobres.

Y así, palabra a palabra, gesto a gesto, moneda a moneda,
voy construyendo mi personalidad, más oscura o más luminosa;
voy aportando calor o frialdad a mi familia, a mi mundo…
voy apostando por los Lázaros o por la injusticia de los Epulones.

Señor, ¡qué encamine bien mis pasos!
¡Que no sea demasiado tarde para reaccionar!
¡Qué ame, rece y viva como Tú y contigo!