domingo, 30 de octubre de 2016

Gracias

Por esas gotas de lluvia que mojan mi piel,
por esos campos de trigo bañados de sol,
por esa luna traviesa jugando en el mar,
por esas tardes teñidas de rojo y añil;

lunes, 24 de octubre de 2016

Encorvados

Nos encorvamos.
Bajo el peso de memorias
que es mejor olvidar.
Doblados por golpes
injustos, inesperados.
Carentes de un brazo amigo
que sostenga nuestra fatiga.

Fariseo y publicano

La oración de fariseo

Te doy gracias, Señor, porque no soy como los demás. Yo cumplo la ley, yo sé que soy bueno. Yo hago lo que te agrada. Yo rezo como un campeón. Voy a misa los domingos y fiestas de guardar. Cumplo hasta el último punto de la ley. Me atengo a lo escrito. El catecismo es mi manual de cabecera. No como todos esos, que cumplen a medias. No como tanto frívolo que quiere servir a dos señores. No como los malos cristianos, que se conforman con todo. Gracias por hacerme tan fiel, tan fuerte, tan capaz…

domingo, 9 de octubre de 2016

99 contra 1

Hay 99 motivos para la comodidad
y 1 para el riesgo.
Y tú eliges el riesgo.

Hay 99 formas de indiferencia
y 1 de pasión desmesurada.
La tuya.

Hay 99 caminos para la evasión,
y 1 para el compromiso.
El que tú recorres.

Hay 99 razones para la frialdad
y 1 para el fuego.
Tú enciendes la llama.

Hay 99 palabras hirientes
y 1 declaración de amor.
Tu palabra.

Hay 99 habitaciones cerradas
y 1 sola puerta abierta.
Y tú la encuentras, y la abres,
para que vuelva a casa.

Tomado de rezandovoy.org

Señor, me siento pequeño

Señor, me siento pequeño,
ante la grandeza de tu amor y tu entrega,
ante la capacidad de servicio de muchas personas,
ante el coraje y la capacidad de lucha de otras,
ante las dimensiones y la belleza del universo,
ante la injusticia y el sufrimiento de la gente,
ante mi incapacidad para superar mis pecados de siempre,
ante tantas realidades... me siento pequeño.

Reavivar

Señor, me has dado muchos dones: capacidades físicas, intelectuales, sociales, emocionales, religiosas; habilidades para hacer un sinfín de actividades diversas. ¡Gracias, Señor!

Algunos los he ido perdiendo por no cuidarlos y reavivarlos. ¡A veces me dejo llevar por la pereza, sólo me ocupo de lo que me gusta y no dedico tiempo a lo importante, a lo que ayuda a crecer como persona, como cristiano, como ciudadano! ¡Cuánto me reduzco, sin darme cuenta! ¡Perdón, Señor!

Señor, muestrame los dones que tengo más descuidados, los más importantes para alcanzar la felicidad que tanto deseo y para dar buenos frutos al servicio de la familia, de la comunidad, de la sociedad, de los más pobres. ¡Dame luz y fuerza, Señor, para reavivarlos!

Me alejo de ti sin darme cuenta

Señor, a veces me alejo de ti sin darme cuenta.

Lo sé: la oración me une a ti, como un sarmiento a la vid;
Pero, rezo poco hasta que casi dejo de rezar.
Sé que me amas y que estás conmigo.
Quiero creer que con saberlo me basta.
No te quiero muy cerca, no vayas a incordiarme.
Prefiero que estés en el puesto de "Urgencias",
dispuesto a echarme una mano si me accidento.
Pasan los días, las semanas y los meses
y, aunque sé que estás,
ya no te encuentro, no te siento.

Señor, a veces me alejo de ti sin darme cuenta.

Lo sé: Tú me ofreces la alegría más grande:
la alegría que brota al sentirme amado por ti,
la alegría que nace del servicio a los pobres,
la alegría del que vende todo para comprar el mejor tesoro.
pero yo quiero el tesoro, sin renunciar a nada
y prefiero otras alegrías, más rápidas y facilonas.
Mis pequeñas alegrías me van atrapando en sus redes;
poco a poco, me alejan de tu alegría.
Y, aunque sé que estás,
ya no te encuentro, no te siento.

Señor, a veces me alejo de ti sin darme cuenta.

Lo sé: Tú me amas siempre, gratuitamente,
también cuando no hago lo que esperas de mí.
Pero yo no acabo de creerlo y vivirlo.
Mi orgullo me dice que no me acerque a ti
hasta que lo merezca, hasta que "me lo gane".
Y así, los errores no me ayudan a ser más humilde,
a acoger el perdón y la fuerza que Tú me ofreces;
y mis pecados se hacen más fuertes en mi corazón.
Y, aunque sé que estás,
ya no te encuentro, no te siento.

Señor, a veces me alejo de ti sin darme cuenta.

Pero Tú no te rindes y sales a mi encuentro.
Me recuerdas la felicidad y la libertad que disfruté a tu lado
y me ayudas a mirarte a los ojos y a descubrir tu sonrisa.
Y te digo, con más confianza que vergüenza:
Perdóname, Señor, me he engañado otra vez. ¡Otra vez!
Rompe las redes que no me dejan abrazarte.
Sana mi corazón herido y mi voluntad enclenque.
Gracias, por tu paciencia, por tu perdón, por tu amor.
Tu amor vale más que todas las alegrías de este mundo.
Te alabaré con mis labios y mi vida. Amén.

Oraciones de San Francisco

Sumo y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame fe recta, esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento. Señor,
para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

Tú eres el santo Señor Dios único, el que haces maravillas.
Tú eres el amor, la caridad; tú eres la sabiduría,
tú eres la humildad, tú eres la paciencia,
tú eres la belleza, tú eres la mansedumbre;
tú eres la seguridad, tú eres el descanso,
tú eres el gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría,
Tú eres nuestra esperanza, tú eres nuestra fe,
tú eres nuestra caridad, tú eres toda nuestra dulzura,
tú eres nuestra vida eterna,
grande y admirable Señor,

Alabado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano sol,
él es el día y por él nos alumbras;
y es bello y radiante con gran esplendor:
de ti. Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas:
en el cielo las has formado claras y preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana agua,
que es muy útil y humilde y preciosa y casta.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche:
y es bello y alegre y robusto y fuerte.

Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
que nos sustenta y gobierna
y produce distintos frutos con flores de colores y hierbas.

Alabado seas, mi Señor,
por los que perdonan por tu amor
y sufren enfermedad y tribulación.

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor, tuyas son la alabanza, la gloria y el honor.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.