Señor, enséñame a amarte con todo el corazón,
sin medias tintas, en todo momento.
A veces olvido que cuando te amo con todo el corazón,
mi corazón crece, se extiende, se dilata,
para amar mejor a la pareja, al amigo, al pobre, a quien no me quiere bien.
Tú no eres celoso, no robas mi corazón para ti solo.
Ensanchas mi corazón para amar más y mejor a todos.
Señor, enséñame a amarte con todo la mente.
Hazme experimentar la inteligencia del amor:
cuando amo comprendo mucho más, veo más claro;
la claridad y la caridad van siempre de la mano;
la claridad se logra recorriendo el camino del amor.
Quisiera recorrer contigo, Señor, este camino de vida.
Señor, enséñame a amarte con todo mi ser,
con todas mis capacidades, con cada parte de mi cuerpo.
Señor, enséñame a amar al prójimo con todo el corazón,
a escuchar la voz del hermano como si fuera la palabra tuya,
a contemplar su rostro como una página de la Biblia.
Finalmente, Señor, enséñame a amarme,
a valorarme como un prodigio salido de tu mano.
No quiero amarme egoístamente, Señor,
Me gustaría amarme bien, para poder amar mejor,
para aprender a darme del todo, sin medida,
a amar incluso cuando no voy a ser correspondido.
a amar contigo y como Tú me amas.
domingo, 29 de octubre de 2017
La mujer fuerte
La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene.
Hizo del templo su casa;
mantuvo ardiendo su lámpara.
En la mesa de los hijos,
hizo a los pobres un sitio.
Guardó memoria a sus muertos;
gastó en los vivos su tiempo.
Sirvió, consoló, dio fuerzas;
guardó para sí sus penas.
Vistió el dolor de plegaria;
la soledad, de esperanza.
Y Dios la cubrió de gloria
como de un velo de bodas.
La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene. Amén.
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene.
Hizo del templo su casa;
mantuvo ardiendo su lámpara.
En la mesa de los hijos,
hizo a los pobres un sitio.
Guardó memoria a sus muertos;
gastó en los vivos su tiempo.
Sirvió, consoló, dio fuerzas;
guardó para sí sus penas.
Vistió el dolor de plegaria;
la soledad, de esperanza.
Y Dios la cubrió de gloria
como de un velo de bodas.
La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene. Amén.
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