Señor, enséñanos a ser cuidadosos en la relación con las personas,
a no conformarnos con no robar o no matar,
a evitar hasta los insultos que parecen más pequeños:
imbécil, tonta, renegada, facha, rojo, feo, gorda...
a borrar de nuestros labios expresiones que roban o matan
la alegría, la fama, la esperanza, la paz de los demás.
viernes, 19 de febrero de 2016
martes, 16 de febrero de 2016
Una alegría no pasajera
¿Qué le dirás, Dios mío cuando llegue a tu presencia y se encuentre frente a Ti?
Le dirás: ánimo hijo, te has portado bien.
XXX se quedará mudo,
porque llevaba preparada una explicación.
Tú le tomarás de la mano
y le enseñarás tu casa con todo detalle.
Casi no te atreverás a decir palabra.
Solamente, como de pasada, le dirás:
“ya teníamos ganas de verte aquí, con nosotros”
XXX te mirará al rostro asombrado y verá que te brillan los ojos
y que luchas para que no te caiga ninguna lágrima de ternura.
Y sus explicaciones e historias se le irán todas de la cabeza.
Y sus fallos quedarán sepultados
para siempre en el baúl vacío de los recuerdos muertos.
Y disfrutará de tu amor gratuito, como la lluvia y el sol.
Comprenderá del todo la parábola del hijo pródigo.
Y se le quedará clavada en el corazón
una palabra eterna que la estás diciendo desde ahora: HIJO, XXX!
Y sentirá por primera vez una alegría no pasajera.
Le dirás: ánimo hijo, te has portado bien.
XXX se quedará mudo,
porque llevaba preparada una explicación.
Tú le tomarás de la mano
y le enseñarás tu casa con todo detalle.
Casi no te atreverás a decir palabra.
Solamente, como de pasada, le dirás:
“ya teníamos ganas de verte aquí, con nosotros”
XXX te mirará al rostro asombrado y verá que te brillan los ojos
y que luchas para que no te caiga ninguna lágrima de ternura.
Y sus explicaciones e historias se le irán todas de la cabeza.
Y sus fallos quedarán sepultados
para siempre en el baúl vacío de los recuerdos muertos.
Y disfrutará de tu amor gratuito, como la lluvia y el sol.
Comprenderá del todo la parábola del hijo pródigo.
Y se le quedará clavada en el corazón
una palabra eterna que la estás diciendo desde ahora: HIJO, XXX!
Y sentirá por primera vez una alegría no pasajera.
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