jueves, 7 de septiembre de 2023

Por la toma de conciencia y los proyectos de cambio

 

Gracias, Dios Padre Bueno, por el amor que nos tienes; porque nos has creado mujeres y hombres, todos a tu imagen y semejanza. Gracias, Padre Bueno, por la mujer y su misión en la comunidad humana. 
 
Gracias, Padre Bueno, por la toma de conciencia y los proyectos de cambio que están surgiendo, en pos de ese mundo más justo, fraterno e igualitario, que Tú quieres, para todos los hombres y mujeres de la Tierra. 
 
Gracias, Padre Bueno, porque nos das tu Espíritu para que nos sepamos comprender, valorar y ayudar, y de este modo, en la relación, amable y positiva, colaboremos juntos al servicio de la familia, de la vida, del Reino. 
 
Gracias María, Madre Buena, Esposa y Mujer llena de fe, humilde y valiente en tu SÍ al Plan de Salvación, porque intercedes por nosotros, mujeres y hombres de esta generación. Tú nos acompañas, nos sostienes y conduces a Jesús, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén

Tengo demasiado

 

Me pregunto: ¿cuáles son las riquezas (de cualquier tipo) que me impiden entrar en comunión con Dios y con los hermanos?
 
Tengo demasiadas cosas, Señor,
que quiero compartir con más generosidad,
para amarte y para amar más y mejor.
 
Tengo demasiados prejuicios, Señor,
y quiero abrirme a una verdad más grande,
para conocerte y conocer mejor a las personas.
 
Tengo demasiados apegos, Señor,
y quiero liberarme de ellos,
para vivir con más libertad y confianza.
 
Tengo demasiados miedos, Señor,
y quiero reconocerlos y superarlos,
para disfrutar la aventura de amar como Tú y Contigo.
 
Contigo puedo seguir creciendo, Señor.
Amén.

Os espero

 

Vine a los míos y los míos no me recibieron.
Me hice como uno de ellos y no me conocieron.
 
Busqué nuevas formas de presencia:
me prolongué en signos visibles,
me quedé en sus templos y en sus casas,
quise estar en el centro de sus encuentros,
pero ellos apenas se dan cuenta.
 
Me encarné en el pobre y en el que sufre;
quise hacerme presente en sus debilidades:
curar, compartir, acompañar, servir,
ser testigo firme de toda vida, aún de la más débil;
pero ellos se van por otros caminos.
 
Me ofrecí como alimento –sabroso pan y dulce vino–
pero el banquete les parece insípido y triste.
Me hice palabra buena y nueva,
y ellos la amordazan con leyes y normas.
Les descubrí los manantiales de agua viva,
y vuelven a las pozas y charcas contaminadas.
 
Tengo cada día una cosecha generosa
de dones y gracias que quiero repartir,
pero nadie la solicita, y me quedo con mis dones.
 ¡No hay dolor mayor que no poder darse a quien se quiere!
 
Tal vez equivoqué la estrategia.
Si me hubiera quedado en un lugar solamente,
seguro que todos irían a buscarme y a pedirme.
¡Me tienen al alcance de la mano,
pero ellos prefieren ir a encontrarme
a oscuros y estériles rincones!
 
A pesar de todo, renuevo mi presencia.
Me quedo con vosotros.
Me quedo en el centro de vuestra vida.
No me busquéis lejos.
Buscadme en lo más profundo de vuestro ser,
en lo más querido de vuestros anhelos,
en lo más importante de vuestras tareas,
en lo más cálido de vuestros encuentros,
en lo más claro de vuestra historia.
Buscadme en el dolor y en la alegría,
siempre en la esperanza y en la vida.
 
Os espero.
 
Florentino Ulibarri

Amar el silencio

 

Tú Jesús, que te retirabas a lugares solitarios
y rezabas al Padre en quietud de la noche,
ayúdame a buscar y a amar el silencio,
enséñame a escucharte, a escucharme, a escuchar,
lejos de los ruidos que están fuera y dentro de mí.
 
Háblame, Señor, con tu infinita dulzura,
incluso si no puedo escuchar tus palabras.
No te rindas y sigue hablándome,
hasta que se abran mis oídos y mi corazón.
 
Enséñame a escucharte,
en cada estremecimiento del corazón,
en un pensamiento repentino.
en la voz de un amigo, un hermano, un extraño...
 
Te doy gracias, Jesús,
porque en cada acontecimiento y en cada persona
me indicas la dirección de la felicidad más grande.
el camino en el que podré amar más y mejor. Amén.