miércoles, 18 de mayo de 2016

¿Vivimos la vida con talento?

Señor, lo reconozco, a veces vivo la vida sin pensar:

vivo como si no hubiera pobres a los que ayudar,
preocupado únicamente de mis problemas;

vivo como si mi vida no fuera un regalo para el mundo,
buscando, sobre todo, mi capricho y mi bienestar;

vivo como si no hubiera personas buenas en el mundo,
con las que poder alegrarme y trabajar por los demás;

vivo como si no me hubieras dado alas para volar,
conformándome con una vida sosa y sin frutos.

vivo como si yo nunca me equivocara,
o como si fuera incapaz de hacer algo bien;

vivo dejándome llevar por las emociones de cada momento,
sin utilizar el talento y la voluntad para conducirlas;

vivo como si fuera a vivir 500 o 1.000 años,
dejando lo más importante para mañana;

vivo como si Tú no quisieras mi felicidad y mi libertad,
escapando lejos de ti, para ser libre y feliz;

vivo como si mis planes fueran mejor que los tuyos,
sin atreverme a dejarme conducir por ti.

vivo como si tu Espíritu no me ofreciera su luz y su fuerza,
apoyándome únicamente en mis propias fuerzas;

vivo como su no necesitara una comunidad de hermanos,
viviendo la vida y la fe como si fuera un superman.

Señor, lo reconozco, a veces vivo sin pensar.
Gracias por ayudarme a vivir de verdad.

lunes, 9 de mayo de 2016

Unificación

Unifica en ti
mis dispersiones.

Apaga mis seducciones
que me precipitan al vacío.

Silencio

En un primer momento
el silencio es pura privación,
carencia, hueco molesto,
arrancarse de actividades y personas
que llenaban.
El silencio se percibe
como inútil, aburrido,
pérdida de tiempo.
Lleno del eco confuso
de las cosas dejadas atrás,
es exigencia de compañía,
de actividades.

viernes, 6 de mayo de 2016

Día de la madre

Señor Jesús,

te damos gracias por las mujeres que libremente apuestan por ser madres, aparcando una vida tranquila, aspiraciones legítimas, momentos de ocio, standares de belleza...

Primero de mayo. Día del trabajo

Señor Jesús,

haznos solidarios con los que no tienen trabajo, compartiendo con ellos los frutos del nuestro y creando empleos,

haznos solidarios con los empresarios que se esfuerzan por mantener y crear puestos de trabajo,

haznos solidarios con los trabajadores, que se esfuerzan cada día por hacer bien su trabajo,

Ternura

Señor, entra en nuestra vida y transfórmanos
para que seamos la expresión viva de tu ternura;
ternura en nuestro rostro,
ternura en nuestros ojos,
ternura en nuestra sonrisa,
ternura en nuestras manos,
ternura en nuestras palabras,
ternura en nuestra afectuosa manera de saludar
ternura en el trabajo y la diversión
ternura a los más cercanos y a los más necesitados.

Yo te sondeo y te conozco

Yo te sondeo y te conozco
sé lo que estás haciendo
y percibo tus pensamientos,
sé cuándo caminas, sé de tus cansancios y descansos.
Tus pasos me son familiares.

Yo te saludo, María

Yo te saludo, María,
porque el Señor está contigo;
en tu casa, en tu calle, en tu pueblo,
en tu abrazo, en tu seno.

Feliz año nuevo

Yo te creé por amor en las entrañas de tu madre.
Te protegeré en el año nuevo y todos los días de tu vida.
No temas, porque no me alejaré de ti, mis pasos no se separarán de los tuyos.
Te protegeré, hasta cuando tú no me sientas cercano.
Te protegeré, también cuando te alejes de mí.
Te protegeré cuando hagas daño a tus hermanos, mis hijos, y me hagas sufrir.
Te protegeré incluso cuando te sientas probado y machacado.
Te protegeré hasta cuando veas sufrir con impotencia a las personas que quieres.
Siempre estaré contigo. Te lo prometo.
No seas orgulloso. Acércate a mí. Déjate proteger.
Y haz con tus hermanos lo mismo que yo hago y haré contigo.

Salmo para pedir valor

Yo te amo, Señor, porque estás conmigo.
Tú  eres como peña segura, como un alcázar.
Tú eres mi liberador, mi roca, mi refugio.
Eres mi fuerza salvadora, el escudo que me protege.

Cuando me siento en peligro,
cuando me cerca el mal y la mentira
tendiéndome sus redes, tú, Señor,
escuchas mi llamada y das respuesta a mi súplica.

Dame tu abrazo de perdón. Variación del Salmo 51

Yo se que me quieres, Señor, porque eres bueno.
Porque tienes un corazón sensible, perdóname;
limpia mi vida de todos mis pecados
y de mis continuas caídas, levántame.

Yo pequé, mi Señor, y Tú padeces...

Yo pequé mi Señor, y tú padeces;
yo los delitos hice y tú los pagas;
si yo los cometí, tú ¿qué mereces,
que así te ofenden con sangrientas llagas?
Mas voluntario, tú, mi Dios, te ofreces;
tú del amor del hombre te embriagas;
y así, porque le sirva de disculpa,
quieres llevar la pena de su culpa.

Dios enamorado

Yo la cortejaré, me la llevaré al desierto, le hablaré al corazón

Señor, Dios nuestro, Creador del cielo y de la tierra,
me cuesta imaginar que estés enamorado
y me parece increíble que te hayas fijado en mí,
que busques mi amistad como si la necesitaras para vivir,
que desees mi amor como un joven pretendiente.

Pastor y pasto

"Yo he venido para que tengan vida,
una vida divina y abundante".
Y te diste cual pasto exuberante,
haciéndote tú mismo mi comida.

Nada de lo que he pedido

Yo he pedido a Dios fuerza para triunfar;
Él me ha dado flaqueza, para que aprenda a obedecer con humildad.

Había pedido salud para realizar grandes empresas:
me ha dado enfermedad, para que haga cosas mejores.

Sangre de profeta

Yo era el hombre más calmo del mundo.
Era la personificación de la tranquilidad.
Ciudadano calmo, sin manías, sin extremismos,
tranquilo y pacífico. Ese era yo.
Si había miseria a mi alrededor, yo ayudaba un poquito
y luego me tranquilizaba al saber que pocos hacían lo que yo.
¡Vaya vida! Yo me merecía un premio.
En una época de tanto egoísmo,
yo era de veras un tipo leal y sincero.
Yo era un sujeto calmo que comunicaba la paz, era metódico...
¡Incluso rezaba todos los días, cosa que pocos hacen!

No desistas, viñador

Yo doy tan poco fruto,
y tú no desesperas.
Parezco viña estéril,
incapaz de producir
una buena cosecha
de verdades y justicia,
de humildad y amores,
de compasión y reposo.

Yo creo en tu resurrección

Yo creo en tu resurrección,
porque puedo amar, puedo reír;
puedo abrazar mi mayor enemigo
y mirarlo en ti.

Creo en Ti

Yo creo en Ti, Señor, y te doy gracias de corazón,
pero aumenta mi fe, porque a veces me envuelven las dudas.

Señor, haz que mi fe sea plena,
que sepa abrirte mis pensamientos y sentimientos y acciones,
mi pasado, mi presente y mi futuro, sin reservas.

Mi Amado para mi

Ya toda me entregué y di
Y de tal suerte he trocado
Que mi Amado para mi
Y yo soy para mi Amado.

Futuro tan presente

Ya no te preguntaré más,
cuándo llegará tu día
sino por dónde atraviesas el presente,

por qué existe el malvado
sino de qué manera lo salvas ahora,

Por qué a mí y a otros no.

Ya no me pregunto
porqué a mí y a otros no.
Porque Tú los has querido
y esa es mi certeza.

Si Dios fuera ¡todo!

¿Y si Dios fuera "el viento"
que penetra por la nariz y por todos los poros
hasta oxigenarnos los pulmones y el espíritu?

¿Y si Dios fuera "el silencio"
que envuelve cada noche en papel de celofán
nuestros sueños azules y locos?

Se hizo carne y nos humanizó

Y la Palabra se hizo carne
viva,
sensible y tierna,
cálida y cercana,
entrañable,
Dios encariñado,
Dios humanizado,
Hijo y hermano,
libre y palpable.

Amarse, no armarse

Y este es mi deseo:
Que a todas las armas se les caiga la "r"
letra de retraso y de rencor.

No es cuestión de armarse
sino de amarse.

Y dijo María, Magnificat

Y dijo María:
Ahora me doy cuenta: ¡qué grande es Dios!
y siento tal alegría interna
que tengo ganas de gritar, de dar saltos,
de llamar a todas las ventanas,
de llenar con mi voz todos los rincones de la tierra
Dios es inmenso y sanará mi humanidad en espera,
mi corazón en soledad e insatisfecho.

Y cuando El dijo "Padre"

Y cuando El dijo "Padre"
el mundo se preguntó por qué aquel día amanecía dos veces.
La palabra estalló en el aire como una bengala
y todos los árboles quisieron ser frutales
y los pájaros decidieron enamorarse
antes de que llegara la noche.
Hacía siglos que el mundo no había estado tan en fiesta:
los lirios empezaron a parecerse a las trompetas
y aquella palabra comenzo a  circular de mano en mano,
bella como una muchacha enamorada.
Los hombres husmeaban el continente recién descubierto
y a todos les parecía imposible
pero pensaban que, aún como sueño,
era ya suficientemente hermoso.

Mujeres en el portal

Y aunque no lo digan las crónicas,
también llegaron mujeres sabias
desde los cuatro puntos cardinales.
El fuego ardía en su seno
mucho antes de ver la estrella en el cielo.
Caminaban en oscuridad fiándose
de que la tierra se iluminara cada noche
con la luz de las lucernas más humanas.

El joven rico... al cabo de unos años

Y al cabo de unos años, más o menos,
tras una buena dosis
de aventura y desengaño,
volvemos a encontrarnos cara a cara,
porque queremos y aún soñamos,
con el Maestro que nos miró con cariño
aunque no seguimos su camino.

Saborear el perdón

Hija mía querida:

¡No sabes cuánto he disfrutado contigo! Te has dejado encontrar y me has abierto ese gran corazón que te dí. Me has dejado aligerar la carga que dobla tu espalda y arruga tu sonrisa. Me has dejado abrazarte y he sentido lo mucho que me quieres. Y al ver tus lágrimas, no he podido contener las mías.

Recuerda lo que te he dicho tantas veces: Tú vales mucho para mí, eres preciosa y yo te amo (Isaías 43); te llevo tatuada en las palmas de mis manos, continuamente pienso en ti (Isaías 49); la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encuentro yo contigo (Isaías 62); hasta tu vejez, yo seré siempre el mismo y te ayudaré hasta que tus cabellos se pongan blancos. Así como te he  apoyado hasta ahora, así te seguiré apoyando (Isaías 46).

Has acogido y disfrutado mi perdón, mi perdón gratuito. Pero de vez en cuando, no te lo acabas de creer. Por eso, vuelvo a recordarte la experiencia del hijo pródigo. Al verlo volver a casa, cansado y triste, lloré, corrí, lo abracé, lo llené de besos. Y como la alegría no me cabía en el corazón, hicimos una fiesta. ¿Crees que no siento la misma alegría cuando tú vuelves a mí?

Sé que estás cansada de convivir con tu fragilidad. No eres la única. El apóstol Pablo me pidió mil veces que lo librase del aguijón que le martirizaba, pero yo le dije: "Te basta mi gracia, para que así mi fuerza se muestre en la flaqueza" (2 Co 12, 7-9). Querida hija mía: en tu pequeñez se manifiesta la grandeza de  de mi amor. A través de ti he llevado consuelo, paz, esperanza, alegría, ilusión a muchas personas. ¿No te das cuenta? Y si tú me dejas, seguiré haciendo obras grandes en favor de muchos.

Acoge mi perdón en lo más hondo de ti. Y haz el favor de perdonarte como yo te he perdonado; de valorarte y quererte como yo te valoro y quiero.

Sigue confiando en mí. Déjate conducir por mí en las pequeñas y en las grandes decisiones. Y te aseguro que no quedarás defraudada.

Un abrazo grande de tu Padre Dios.

Hijo mío querido:

¡No sabes cuánto he disfrutado contigo! Te has dejado encontrar y me has abierto ese gran corazón que te dí. Me has dejado aligerar la carga que dobla tu espalda y arruga tu sonrisa. Me has dejado abrazarte y he sentido lo mucho que me quieres. Y al ver tus lágrimas, no he podido contener las mías.

Recuerda lo que te he dicho tantas veces: Tú vales mucho para mí, eres precioso y yo te amo (Isaías 43); te llevo tatuado en las palmas de mis manos, continuamente pienso en ti (Isaías 49); la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encuentro yo contigo (Isaías 62); hasta tu vejez, yo seré siempre el mismo y te ayudaré hasta que tus cabellos se pongan blancos. Así como te he  apoyado hasta ahora, así te seguiré apoyando (Isaías 46).

Has acogido y disfrutado mi perdón, mi perdón gratuito. Pero de vez en cuando, no te lo acabas de creer. Por eso, vuelvo a recordarte la experiencia del hijo pródigo. Al verlo volver a casa, cansado y triste, lloré, corrí, lo abracé, lo llené de besos. Y como la alegría no me cabía en el corazón, hicimos una fiesta. ¿Crees que no siento la misma alegría cuando tú vuelves a mí?

Sé que estás cansado de convivir con tu fragilidad. No eres la única. El apóstol Pablo me pidió mil veces que lo librase del aguijón que le martirizaba, pero yo le dije: "Te basta mi gracia, para que así mi fuerza se muestre en la flaqueza" (2 Co 12, 7-9). Querido, hijo mío: en tu pequeñez se manifiesta la grandeza de  de mi amor. A través de ti he llevado consuelo, paz, esperanza, alegría, ilusión a muchas personas. ¿No te das cuenta? Y si tú me dejas, seguiré haciendo obras grandes en favor de muchos.

Acoge mi perdón en lo más hondo de ti. Y haz el favor de perdonarte como yo te he perdonado; de valorarte y quererte como yo te valoro y quiero.

Sigue confiando en mí. Déjate conducir por mí en las pequeñas y en las grandes decisiones. Y te aseguro que no quedarás defraudado.

Un abrazo grande de tu Padre Dios

Te perdono

Hija mía querida:
Has acogido y disfrutado mi perdón, mi perdón gratuito. Pero de vez en cuando, escucho en tu interior pensamientos que rechazan mi perdón. Traes a la memoria todos tus accidentes del camino y parece que te oigo argumentarme:
- Si al menos la herida tuviera que ver con la inconsciencia de la infancia...
- Si todo se pudiera reducir a las locuras de adolescente...
- Si la herida consistiera en una mala experiencia o    equivocación puntual...
- Si no hubiese tenido una familia maravillosa, grupos de jóvenes en los que sentir tu amor, amigos que me han querido y me quieren tanto…
- Si hubiese pecado antes de conocerte…

Vuestra soy, para Vos nací

Vuestra soy, para Vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Soberana Majestad,
Eterna sabiduría,
Bondad buena al alma mía,
Dios, alteza, un ser, bondad,
La gran vileza mirad
Que hoy os canta amor ansí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Seguir

Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente pierda la esperanza
Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.
Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan.
Voy a seguir hablando de Paz, aún en medio de una guerra.
Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad.

Tu palabra más sencilla

Volvería yo a respirar con tu "palabra más sencilla", que no lo diga todo, pero sí algo inteligible para mí. Debes hacer una palabra humana de tu palabra, y ésta decírmela a mí, porque una palabra así yo la podría entender. No digas todo lo que Tú eres en tu infinitud, di solamente que me amas. Dime tan solo que eres bueno para mí. Dilo en mi lenguaje, donde no tenga yo que temer que la palabra del amor oculte otra cosa en sí que tu bondad y tu suave misericordia.

Volver cada día a tu regazo

Volver cada día a tu regazo.
Marchar y volver,
volver y marchar.

Nuestra vida es un continuo abandono de tu casa
y de tu compañía.
Tomamos la hacienda y nos vamos,
y la malgastamos.

Vivo sin vivir en mí

Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor,
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puso en mí este letrero:
«Que muero porque no muero».

Esta divina unión,
y el amor con que yo vivo,
hace a mi Dios mi cautivo
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a mi Dios prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel y estos hierros
en que está el alma metida!
Sólo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

Acaba ya de dejarme,
vida, no me seas molesta;
porque muriendo, ¿qué resta,
sino vivir y gozarme?
No dejes de consolarme,
muerte, que ansí te requiero:
que muero porque no muero.

Santa Teresa de Jesús

Vivir pascualmente

Vivir pascualmente
es vivir cada momento intensamente,
como si fuese el último,
y dar cada paso, con sorpresa y gozo,
como si fuese el primero.

Dejar que la Palabra se haga cuerpo

Vivir
es dejar que la Palabra se haga cuerpo
en nuestro cuerpo humano,
cuerpo de carne y sangre
con espíritu bíblico
y aliento solidario.

Es mi Espíritu

Visita los valles y rincones de tu corazón
y te toparás con manantiales de vida, de justicia y solidaridad,
de verdad, paz y alegría.
Es mi Espíritu que desde siempre puse en ti.

Toda belleza. Inmaculada

Virgen Santa e Inmaculada,
a Ti, que eres el orgullo de nuestro pueblo
y el amparo maternal de nuestra ciudad,
nos acogemos con confianza y amor.

Presentación de una copa

Virgen de nuestro pueblo, traemos con ilusión esta Copa y, junto a Ti, queremos dar gracias a Dios.
Gracias por esta temporada tan bonita, en la que hemos compartido tantas emociones.
Te damos gracias por esta victoria y te agradecemos, aún más, la posibilidad de entrenar, correr, jugar, sudar, sufrir y disfrutar.

Al Santísimo sacramento

Quien llenar pudo el deseo
del bien que en veros se encierra,
¿qué podrá ver en la tierra
que no le parezca feo?
En vos cuanto quiero veo,
y sin vos no hay qué querer
hasta volveros a ver.

La Palabra se hizo carne

Verdaderamente es digno y justo que nosotros,
convocados por tu palabra,
te honremos y demos gracias
usando precisamente el don de palabra que nos diste.

Te reconocemos ante el mundo como nuestro Padre,
el progenitor de la humanidad y de toda la creación.

Cansados

Venimos a ti cansados,
tullidos, estresados, doloridos,
ciegos, sordos, indiferentes,
distraídos y enfermos de muchas cosas.

Venid a la fiesta

Venid, venid todos, venid a la fiesta.
No os quedéis fuera mirando con tristeza.
Celebremos la fiesta del Señor, la que nos mandó.

Venid a un sitio tranquilo

Venid a un sitio tranquilo;
a un lugar apartado del bullicio agobiante
que nos acompaña día y noche;
a un lugar retirado
de vuestros negocios y preocupaciones,
de vuestras falsas necesidades;
a un lugar apropiado para encontraros
con Dios, entre vosotros y con vosotros mismos.
Venid a un sitio adecuado
para reparar fuerzas.

Cansados y agobiados

Venid a mí...
ahora y cuando os falle vuestro sistema
y estilo de vida.

Cuando estéis cansados del pragmatismo,
la injusticia, el dolor y la violencia,
la mediocridad, el ruido, las limitaciones,
la pobreza, el ritmo acelerado y la incertidumbre,
el egoísmo, el vacío y el andar sin rumbo.

Manos nuevas

Vengo a tu casa y taller,
de artesano y alfarero,
en busca de unas manos nuevas.

Éstas que tengo y ves ya no sirven
para lo que Tú me sugieres y propones
ni para lo que yo siento y te prometo.

Vengo a ti cansado y agobiado

Vengo a ti cansado y agobiado,
Tú sabes bien lo que me sosiegas,
Tú me serenas por dentro,
Tú eres salud para mí.

Ven Señor, ¿para cuándo esperas?

Ven Señor
¡Ya, Señor! ¿Para cuándo esperas? ¡Ahora!
Ven pronto, ven, que el mundo gira a ciegas ignorando el amor que lo sustenta.
Ven pronto, ven, Señor, que hoy entre hermanos se tienden trampas y se esconden lazos.
Ven, que la libertad está entre rejas
del miedo que unos a otros se profesan.
Ven, ven, no dejes ahora de escucharnos cuando tanto camino está cerrado

Te necesitamos y te amamos

Ven, Señor Jesús.
Ven, porque te necesitamos.
Ven a aplastar la cabeza de la serpiente,
ven a curar nuestras llagas,
ven a iluminar nuestra noche,
ven a vencer nuestra muerte.

Ven, contigo, todo es posible

Ven, Señor Jesús.

Te hemos hecho un hueco,
te estamos esperando,
porque te necesitamos para:
poner sosiego en nuestros ritmos,
llenar de ternura nuestro hogares,
embargar con tu paz nuestras luchas,
ilusionar con novedad nuestras rutinas,
dinamizar nuestros cansancios,
acurrucar nuestras tristezas,
fortalecer nuestros miedos,
abrirnos a caminos nuevos,
aprender a querernos mejor,
sugerirnos la creación de tu reino,
entusiasmarnos con revitalizar la iglesia,
inventar la comunicación en la familia,
re-enamorar a las parejas aburridas,
hacer niños a los resabiados y doctos,
hacernos servidores unos de otros,
convertirnos en una sorpresa,
ser luz y sal alrededor,
convertirnos en ti, donde estemos.

No nos dejes de tu mano, Señor,
que contigo, todo es posible.

En ti y por ti

¡Ven Señor Jesús!,
introduceme en el dialogo incesante en el seno de tu Padre!
Deposita mi oracion en la tuya.
Haz tus intenciones mas importantes que las mías.
¡Que yo ore en tu oración, Señor Jesús!

Oh! Jesús mio, concédeme ser en ti y por ti, lo que quieres que sea;
pensar en ti y por ti, lo que quieres que piense;
concédeme hacer, en ti y por ti, lo que quieres que haga.
Concédeme decir, en ti y por ti,lo que quieres que diga.
Concédeme amar, en ti y por ti, a cuantos Tu propones mi amor.
Dame la fuerza de sufrir, en ti y por ti con amor, lo que quieres que sufra.

Haz que te busque siempre y en todo lugar,
para que me guíes y purifiques, según tu Divina Voluntad.

No te canses de venir

Ven, Señor Jesús.
A nuestro mundo,
a poner paz en la guerra,
palabra en la confusión,
serenidad en tanta tormenta.

Ven, Señor, a salvarnos

Ven, Señor, a salvarnos.
Piden pan los hambrientos
y los oprimidos, justicia.
Claman por su libertad los esclavos
y necesitan salud los enfermos.

Al buen pastor

Ven, Jesús, a buscarme,
busca a la oveja perdida.

Ven, pastor.
Deja las noventa y nueve
y busca la que se ha perdido.

Ven, Espíritu

Ven, Espíritu.
Ven, Amigo.
Ven, Maestro.
Ven, Protector.
Ven, Don gratuito.
Ven, dulce Luz.
Ven, Fuerza suave.

Enséñame a amarte como tú me amas

Ven Espíritu Santo y enséñame a amarte como tú me amas.

Tú sabes que yo soy parte de la hermosura de este mundo,
como cada nota es parte de una hermosa canción,
y es necesaria igual que las demás.
Por eso, aunque nadie me hubiera esperado cuando yo nací,
tú si me esperabas, tú estabas deseando mi nacimiento.
Por eso tu palabra me dice: “yo te amé con un amor eterno” (Jer 22,3)

Quiero dejarme mirar con tus ojos de amor,
quiero reconocer tu mirada de ternura, y descubrir que,
aunque los demás miren mis defectos,
tu mirada me contempla amándome.
Tu palabra me dice:
“Aunque tu propia madre se olvidare de ti, yo nunca te olvidaré (Is 49,15)

Si a veces yo siento que valgo poco, que no sirvo,
que no soy digno de amor, sin embargo tu palabra me dice otra cosa:
“Eres precioso para mis ojos y te amo” (Is 43,4).
Toca mi interior herido, Espíritu Santo, para que pueda descubrir
que ese amor tan grande también es para mí. Amén!

Victor Manuel Fernández

Ven, Padre de los pobres

Ven, Espíritu Santo.
Ven, Padre de los pobres.

Ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz.
Hay tantas sombras de muerte,
tanta injusticia, tanta pobreza, tanto sufrimiento.

Nuevo año de la mano del Espíritu

Ven, Espiritu Santo, sé parte de mi año desde el comienzo.
El nuevo año siempre renueva las esperanzas,
pero también me da un poco de miedo...
No sé que me traerá la vida en este tiempo,
si será felicidad y prosperidad,
o una cruz disfrazada de rutina.

Espíritu, eterna novedad

Ven Espíritu Santo, a regalarme tu vida siempre nueva.
Llename del asombro de un niño para admirar el mundo y la vida.
Que no me acostumbre a la vida, que me deje sorprender cada día.
Porque detrás de cada cosa está tu amor, Dios mío.

Ven, Espíritu divino

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, Espíritu de vida

Ven, Espíritu de vida
océano de clemencia
y llénanos de tu ciencia
de tu Amor y tu alegría.

Ven, Espíritu de Jesús

Ven, Espíritu de Jesús,
sobre los que creen,
sobre los que dudan,
sobre los que temen.

Ven, Espíritu de Gracia

Ven, Espíritu de Gracia,
quebranta el corazón endurecido,
derriba las barreras de mi alma,
destierra las tormentas al olvido.

Ven

Ven a recrear nuestra vida,
ven a dar optimismo a nuestro porvenir,
ven a dar alegría a nuestro caminar,
ven a dar fuerza a nuestra debilidad,
ven a dar savia nueva a nuestra sequedad.

Ven a nuestra casa

Ven a nuestra casa, Señor.
Está oscura y necesita de tu luz
Se encuentra indecorosa, y necesitada de tu gracia
La hemos resquebrajado, y necesita de tu mano
Es incómoda, y necesita de tu presencia

Velar

Velar no puede confundirse con la actitud de quien espera, despreocupado, la llegada de ese amigo que ha anunciado que viene.
Velar consiste en mirar una y otra vez por la ventana. En desplegar nuestras antenas a los cuatro puntos cardinales en busca de algún signo que apunte la llegada.
Velar es quitar estorbos y embellecer la casa, para que pueda suceder en ella algo feliz.
Velar consiste en arreglarlo todo para que pueda tener lugar la fiesta, sin pérdida de tiempo, apenas llegue el amigo a quien se espera.

Se acerca vuestra liberación

¡Vamos, levantaos,
se acerca vuestra liberación!
Hay signos a vuestro alrededor.
¿No los veis en el barrio, en la fábrica,
en esos que acampan indignados,
en la comunidad, en vuestra propia casa
y en vosotros mismos, sin ir más lejos?
Restregaos los ojos,
mirad con esperanza el horizonte,
escuchad las buenas nuevas,
dejaos despertar por la brisa.
¡Dios está muy cerca!

Apóstol

Vamos, amigo,
no te calles ni te achantes,
que has de brillar
como fuego nocturno,
como faro
en la tormenta,
con luz
que nace en la hoguera de Dios.

Vamos a compartir

Vamos a compartir
los abrazos y besos que surgen en este instante,
los gozos tenidos en el camino,
los latidos de nuestro corazón herido
y esta cena tan singular y entrañable.

Jesús, oculista

Señor, cura mi mirada apresurada y superficial y ayúdame a contemplar con serenidad y a descubrir la profundidad de lo que acontece.

Transforma mi mirada pesimista y ayúdame a ver signos de bondad y esperanza en  mi vida, en mi comunidad, en el mundo.

Preparad el camino

Una vez más me invitas
a preparar los caminos, los nuevos y los de siempre,
por donde Tú vienes trayendo buenas noticias.

Gracias, Señor
Porque cuentas conmigo
para allanar colinas y valles
y para desterrar mentiras y opresiones,
gracias, Señor.

No temas

Una de las palabras que más repite Dios, en el Antiguo Testamento, y Jesús, en en Nuevo, es NO TEMÁIS. Acojamos esta palabra en lo más profundo de nuestro ser.

Yo te creé por amor en las entrañas de tu madre.
Te protegeré hoy y todos los días de tu vida.
No temas, porque no me alejaré de ti, mis pasos no se separarán de los tuyos,
también cuando el viento sople y tu barca corra peligro de hundirse.

Ser comunidad

Una comunidad es...
un grupo de personas que rezan juntas;
pero que también hablan juntas;
que ríen en común e intercambian favores;
están bromeando juntos y juntos están serios;
están, a veces, en desacuerdo, pero sin animosidad,
como se está, a veces, con uno mismo,
utilizando ese raro desacuerdo
para reforzar siempre el acuerdo habitual.

Por la comunidad

Una comunidad dice mucho
cuando es de Jesús.

Cuando habla de Jesús
y no se anuncia a si misma.

Cuando se gloria de Jesús
y no de sus méritos.

Cosas pequeñas

Un vaso de agua gratis,
dos minutos ayudando a atravesar la calle,
conformarse con el maná imprescindible,
un objeto menos en nuestros enseres,
unas monedas que ni van ni vienen,
una sonrisa al que siempre está triste,
un día de ayuno consciente,
unos refrescos menos en nuestros sudores,
esas tardes con grupos marginales,
unas caricias a los que nunca las tienen,
unas horas escuchando soledades,
una compra menos en nuestros haberes,
cinco panes de cebada y dos peces...
son cosas pequeñas.

Por los sacerdotes

Un sacerdote debe ser...

Muy grande
y, a la vez, muy pequeño,

de espíritu noble, como si llevara sangre real,
y sencillo como un labriego,

¿Dónde está Dios?

Un hombre pregunta...,
¿Dónde está Dios? Se ve, o no se ve.
Si te tienen que decir dónde está Dios, Dios se marcha.
De nada vale que te diga que vive en tu garganta.
Que Dios está en las flores y en los granos, en los pájaros
y en las llagas,
en lo feo, en los triste, en el aire, en el agua;
Dios está en el mar y a veces en el templo,
Dios está en el dolor que queda y en el viejo que pasa,
en la madre que pare y en la garrapata,
en la mujer pública y en la torre de la mezquita blanca.
Dios está en la mina y en la plaza,
es verdad que está en todas partes, pero hay que verle,
sin preguntar que dónde está como si fuera mineral o planta.
Quédate en silencio,
mirate la cara,
el misterio de que veas y sientas,
¿no basta?
Pasa un niño cantando,
tú le amas,
ahí está Dios.

¿A quién iremos?

Un día decidimos subir a tu barca,
confiarte el timón.
Desde entonces
navegamos por la vida
y escuchamos sonidos diversos,
el ruido del trueno
que anuncia la tormenta,
los cantos de sirena
que prometen paraísos imposibles,

Bendición y Ofrenda

Un adentro profundo y secreto llama.
Llama que contiene una llamada:
que la vida se convierta en entrega
y alcance su posibilidad suprema.

Comulgar

Tuve hambre -dice Jesús- y me disteis de comer.
Tuve frío y me vestisteis y me disteis calor.
Estuve enfermo y vinisteis a visitarme.
Estuve en la cárcel y no me despreciasteis...
Y es que siempre que hicisteis algo por vuestros hermanos,
conmigo lo hicisteis... dice Jesús.

La primera piedra

Tus dibujos en el suelo
han tenido un efecto sorprendente:
el círculo moralista y acusador se ha roto
y, a solas contigo,
por primera vez, me he sentido libre.

Paciencia

Tú tienes paciencia con nosotros, Tú sabes esperar,
Tú aceptas nuestros ritmos, Tú nos conoces del todo...

En cambio, nosotros nos agitamos,
no soportamos ritmos distintos,
nos cuesta trabajar con el diferente,
discutimos en la familia con impaciencia,
nos agita lo que el otro hace de otra forma.

jueves, 5 de mayo de 2016

Deseo de Dios

Tú te has acercado,
has soplado sobre los rescoldos de mi corazón,
y luz, calor, fuego y vida
han surgido gratis
inundando todo mi ser

Me conoces, me sanas, me envias

Tú, Señor, me conoces.
Conoces mi vida y mis entrañas,
mis sendas y mis sueños,
mis idas y mis vueltas,
mis dudas de siempre.

Llamas a mi puerta

Tú, Señor, cada mañana
llamas a mi puerta y me dices ven.
Yo quiero seguirte con todas mis fuerzas,
que se haga tu voluntad.
Sabes que no tengo nada
que soy muy débil y pecador,
mi vida te ofrezco, mis planes, mis manos,
te entrego mi corazón.

Sabiduría

Tu sabiduría es sorpresa para el niño,
desafío para el que busca
y promesa para el que sueña.

Tu sabiduría es necia
para quien quiere ser Dios,
pero cierta para quien se sabe
humano,
finito y frágil.

Aunque te olvide

Tú sabes bien que te necesito,
aunque no te invite a entrar en mi casa,
aunque te olvide y te traspapele,
aunque me distraiga de ti y de tus cosas.

Tu ruego ha sido escuchado

"Tu ruego ha sido escuchado" nos dices.
Sin embargo, muchas veces creemos que nadie nos oye, que te has olvidado de nosotros, que nos castigas...

Nosotros, como Zacarías, también te decimos: "¿Cómo estaré seguro de eso?"
Queremos estar seguros, seguros del todo.
Aunque presumamos de aventureros, lo cierto es que nos cuesta el riesgo.

¡Háblanos sin prisas!

Tú, que nos hiciste a tu imagen;
Tú, que nos diste el mundo entero por casa;
Tú, que nos despiertas todas las mañanas;
Tú, que nos quieres con entrañas de misericordia;
Tú, a quien debemos que angustias y desgracias
no nos hundan en pozos negros
de soledad y desesperanza:
¡Háblanos sin prisas!

Espiritualidad encarnada

Tú, que no quieres en modo alguno
ser amado contra lo creado,
sino glorificado a través de la creación,
danos, hoy y cada día:

La atención a lo real
en su riqueza y en su complejidad.

Si sabes manejar las estrellas

Tu poder, Señor, se extiende del corazón del hombre a las estrellas del cielo. Eres Dueño del hombre y Dueño de la creación, y aquí proclamo los dos reinos de tu poderío en una sola estrofa, y abrazo con un solo gesto todo el inmenso territorio de tu dominio. El latir del corazón del hombre y las órbitas de los cuerpos celestes, la conducta humana y las trayectorias astrales, la conciencia y el espacio. Todo está en tu mano. Y a mí me alegra pensar en ello. Al cantar tu poder, canto mi alegría.

Venid y trabajad

Tu poder multiplica la eficacia de la humanidad
y crece cada día entre sus manos
la obra de tus manos.

Nos señalaste un trozo de la viña
y nos dijiste: - Venid y trabajad.

Tu palabra es buena noticia

Tu palabra, Señor, es buena noticia,
semilla fecunda, tesoro escondido,
manantial de agua fresca, luz en las tinieblas,
pregunta que cautiva, historia de vida,
compromiso sellado, y no letra muerta.
Alabado seas por tu palabra.

Tú Palabra está viva

Tu Palabra está viva, Señor.
Quien escucha tu Palabra
se abre al misterio del amor.
Ella ilumina a toda persona en este mundo.
Señor, que sepamos descubrir tu luz,
ella nace incansablemente de tu corazón.

El pan de tu Palabra

Tu Palabra alimenta
No te lo decimos, Señor, de oídas
Nosotros hemos comido, nos hemos bebido tus palabras
y nos han sabido a miel, bien sabrosas.

Dios en huelga

Tú, oh Dios, hace tiempo que podías
haber decidido declararte en huelga,
pues ¡vaya trato que te hemos dado!

Podías haberte plantado y haber dicho:
"¡Ya está bien; se acabó!
Estoy harto de esta gente de la tierra.
No voy a estar pendiente de ellos ni de sus cosas.
Voy a pararme, voy a dejarlos solos,
voy a cortarles mi amor,
voy a cruzarme de brazos,
voy a cerrar las esclusas de mis dones,
voy a dejar mi trabajo, puesto que no me lo reconocen.
Y voy a reírme de sus tonterías...,
de sus problemas
y plegarias...".

Un casa solariega

Tú ofreces tu casa solariega
a todos los que andamos a la intemperie
por los caminos de la vida.
Tú eres amigo de acoger sin preguntar,
ofreciendo, primero, el calor de tu abrazo,
la ternura de tu amistad
y las viandas de tu amor
¡Cuánto tenemos que aprender de Ti!

Amar a Dios y al prójimo

Tú nos revelaste, Jesús,
que para hacer el tapiz del querer del Padre
hemos de entretejer los hilos presentes en la creación
con los que surgen en la vida cotidiana
aunque parezcan toscos y sin gracia;
que en el proyecto hemos de mezclar
hilos de todos los colores
poniendo en la tarea todo nuestro ser
-alma, mente y corazón-.
Sólo así quererle será gozo y bien.

Bodas de Caná

Tú nos llamas en medio de la vida,
nos llamas en cada circunstancia
en la tristeza de un duelo
y en la alegría de una boda..

Vivimos superficialmente y deprisa,
sometidos por el egoísmo,
ese ladrón que nos roba la alegría
y nos deja sin ánimo para seguir adelante.

Vigilantes

Tú nos llamas en medio de la vida,
nos llamas en cada circunstancia
nos invitas a construir el Arca, como a Noé,
ese espacio donde Tú vuelves a iniciarlo todo,
vuelves a rehacer la vida con nosotros.
Y nos cuesta creerte.

Tu palabra no pasará

Tú nos has dicho, Jesús, que estarás siempre a nuestro lado, hasta el fin.
Cielo y tierra pasarán, pero tu palabra no pasará y se cumplirá.
Tú nos has dicho que los que lloran serán consolados, y los que tienen hambre, alimentados.
Cielo y tierra pasarán, pero tu palabra no pasará y se cumplirá.
Tú nos has dicho que hay más alegría en dar que en recibir.
Cielo y tierra pasarán, pero tu palabra no pasará y se cumplirá.

Camino, verdad y vida

Tú nos has dado una razón para vivir y por eso te amamos y por muchas cosas más, te amamos Cristo.
Tú eres nuestro diario camino. Nos rodeas de pastos verdes, nos llevas a aguas de reposo. Tú eres nuestra verdad, hemos decidido creerte a ti; a pesar de las luchas, enfrentando las dudas y dispuestos aun a enfrentar los golpes del mundo: porque tu verdad es paz, es amor.

Compasión

Tú no eres Señor, un Dios impasible,
no eres distante y duro con los hombres.
Tú conoces nuestra debilidad,
nuestras tendencias orgullosas, violentas y egoístas.
Conoces bien todas nuestras miserias.
Tú eres misericordioso y compasivo
Tú padeces y com-padeces,
Tú eres compasión.
Compadécete de nosotros.
Ven, Señor, a socorrernos,
y danos un corazón nuevo,
un corazón limpio y sincero,
un corazón lleno de compasión,

Compadécete de nosotros

Tú no eres Señor, un Dios impasible,
no eres distante y duro con los hombres.
Tú conoces nuestra debilidad,
nuestras tendencias orgullosas, violentas y egoístas.
Conoces bien todas nuestras miserias.
Tú eres misericordioso y compasivo
Tú padeces y con-padeces,
Tú eres compasión.

Por tu misericordia me levanto

A nada se puede comparar.
Decir que es océano, o cielo o abismo,
es no decir nada.
Supera todos nuestros conceptos, sin medida.

¡Te busco, Dios!

Tú, mi esperanza,
óyeme para que no sucumba al desaliento.
Tú, mi anhelo,
óyeme para que no me dé por satisfecho.
Tú, vida para mi vida,
óyeme para que no deje de buscarte.

Buscarte día a día,
en soledad y compañía,
en los momentos de euforia y alegría,
y en los de tedio y desgana.
Buscarte compartiendo y recibiendo,
buscando y preguntando,
sirviendo y sembrando,
luchando y amando,
orando y glorificando,
trabajando y estudiando,
dialogando y soñando,
muriendo y creando,
viviendo sin fronteras ni murallas.

¡Te busco, Dios!
¡Quiero ver tu rostro!
¡¡Quiero ver tu rostro!!

Saliste a mi encuentro cuando no te esperaba.
Atravesaste puertas y ventanas,
valles y montañas
ríos y murallas,
desiertos y playas,
calles y plazas,
tugurios e iglesias,
tabernas y fábricas...
Te hiciste el encontradizo.
Me sorprendiste a tu manera.
Me tomaste de la mano
como si nos conociéramos de toda la vida.
Y estuvimos un rato juntos.

Te vi un poco,
te sentí junto a mí.
Quiero conocerte más
y tenerte más cerca.
Quiero sentir el calor de tu regazo,
la ternura de tus entrañas,
la pasión de tu corazón,
la angustia de tu alma,
las palabras de tu boca,
el aliento de tu espíritu...
No te hagas esperar.
Te estoy llamando.
Ábreme y déjame entrar...

¡Te busco, Dios!
¡Quiero ver tu rostro!
¡¡Quiero ver tu rostro!!

Florentino Ulibarri

Tienen ojos y no ven

Tú, mi Dios, eres impresionante silencio
en la noche estrellada,
en el diario acontecer de los días
y en la aparente monotonía de la Historia humana.

Te vistes de verdura con la naturaleza;
de azul en el lejano firmamento;
eres ruido sonoro en la pendiente cascada;
paz y tranquilidad en el lago cristalino.

Sales a mi encuentro

Tú me recuerdas cómo sales a mi encuentro
siempre que estoy perdido, siempre que me alejo de ti.

Tú conoces mi desvalimiento, mi pequeñez, mi inconstancia,
mis incoherencias y errores, y con ellos me quieres, Señor.

Me llevas de la mano

Tú me llevas de la mano,
Tú eres mi auxilio y fortaleza,
contigo se me quitan los miedos
y me vuelves atrevido y osado.

Levántate y anda

Tú me invitas a levantarme y andar,
Tú me sacas de la indiferencia,
de la rutina cotidiana,
de pasar por la vida sin pena ni gloria.

Tú, Jesús

Tú, Jesús, eres el Mesías, pero cuentas conmigo para darte a conocer al que no te conoce.
Tú, Jesús, eres el Camino, pero cuentas conmigo para mostrárselo al que se ha perdido.
Tú, Jesús, eres la Luz, pero cuentas conmigo para alumbrar al que no ve.
Tú, Jesús, eres la Vida, pero cuentas conmigo para hacer alegrar al triste.

Trigo del Padre

Tú, Jesús, eres el grano de trigo,
que te entierras por amor en la tierra del mundo,
para llenar nuestra vida de alegría y esperanza. Gracias, Jesús.

Pescador de hombres

Tú has venido a la orilla,
no has buscado ni a sabios ni a ricos.
Tan sólo quieres que yo te siga.

SEÑOR, ME HAS MIRADO A LOS OJOS
SONRIENDO HAS DICHO MI NOMBRE.
EN LA ARENA HE DEJADO MI BARCA:
JUNTO A TI, BUSCARÉ OTRO MAR.

Tu amor me basta

No puedo abrumarte
con tercos argumentos
ni con obsesivas oraciones,
para que me concedas
salud para servirte,
vida larga para hacer más cosas,
honra para encontrar
las puertas abiertas,
abundantes recursos
para ser más eficiente.

Tú estás conmigo y mi vida es cosa tuya

Tú estás presente en mi vida, Señor, y mi corazón se goza al saber que eres Padre. Tú eres mi refugio y mi alcázar, Dios mío, en ti confío.
No temo a las tinieblas de la noche, ni el calor duro de medio día. Porque contigo sé que mis enemigos caerán por tierra y la victoria será segura.

Espíritu creador

Tú, Espíritu de Dios, Espíritu creador, estás triste.
El maravilloso tapiz de la creación,
que con tanto amor y alegría habías tejido,
está destrozado, desgarrado, hecho jirones:
su belleza devastada por la violencia,
su armonía rota por la explotación,
sus hilos contaminados por el odio,
sus colores diluidos por el olvido.

Tú eres

Tú eres todo lo que creo,
todo lo que espero,
todo lo que busco,
todo lo que no tengo todavía,
todo lo que todavía no soy,
todo lo que amo...

Tú eres mi hijo amado

“Tú eres mi hijo amado”, estas son las palabras
que más me gusta escuchar de tus labios Señor.
“Tú eres mi hijo”, hace falta fe para pronunciarla
ante mi propia miseria y ante una turba escéptica,
pero yo sé que son verdad,
y son la raíz de mi vida y la esencia de mi ser.

Tú eres, María

Tú eres, María, la experiencia más bella del Evangelio. En ti Dios se ha hecho Noticia Buena para el hombre. Eres como la luz del alba que abre camino al Sol; eres esa estrella matutina que anuncia el Día. Eres la mujer creyente que acoge y guarda la Palabra; la mujer joven que entra en el plan de Dios libre y gozosa. Eres estilo de vida, nuevo y fascinante en la Historia; eres, María, la virgen bella y fecunda de Nazaret.

Tú eres

Tú eres
la brisa que alienta todas mis horas,
la lluvia que empapa mis células,
la luz que ilumina mi caminar,
el friego que acrisola mi vida entera.
La nube que nos acompaña de día y de noche,
la roca de manantiales de agua limpia y fresca,
el perfume que penetra por todas las rendijas,
el techo que nos cobija de toda inclemencia,
eres Tú.

¿Quién decís que soy yo?

´Tú eres, Jesús, la brújula más precisa para encontrar la felicidad.
Tú eres, Jesús, el camino más recto para construir un mundo de hermanos.
Tú eres, Jesús, el amigo más fiel y el esposo más amoroso.
Tú eres, Jesús, el que viene cuando todos se van y el que se queda cuando todos se marchan.
Tú eres, Jesús, la luz que se enciende cuando todo se apaga, el único que nunca falla.
Tú eres, Jesús, el sol de mis días claros y la estrella de mis días oscuros.

Alabanzas al Dios altísimo

Tú eres el santo Señor Dios único, el que haces maravillas.
Tú eres el fuerte, tu eres el grande, tú eres el altísimo,
tú eres el rey omnipotente; tú Padre santo, rey del cielo y de la tierra.
Tú eres el trino y uno, Señor Dios de los dioses;
tú eres el bien, el todo bien, el sumo bien,
Señor Dios vivo y verdadero.

Trabaja mi vida

Tú, Dios, que amas y recreas la vida
y cuidas de los pequeños brotes con ternura,
que siempre permaneces en vela
para acogernos, regarnos y abrirnos,
mira los espacios muertos de mi corazón
que todavía rehúsa darte refugio y entrada.
Empieza a levantar las capas de resistencia
con las que me cubro y aíslo cuando te acercas.

Nos despiertas y recreas

Tú, Dios de amor y vida,
no dejas de llamamos,
a cualquier hora y en cualquier lugar,
a una vida plena y feliz.

Tu dicha

¿Cuál es tu dicha, Señor?
Porque quiero hacerla mía,
Probármela, llevarla puesta todo el día.
¡No me escondas tu dicha!

Con autoridad

Tu autoridad, Señor,
está en el servicio gratuito,
en el saludo siempre amable,
en estar atento al que llega, al que no llega
y al que no se le oye ni se le ve.

Higuera estéril

Tres años esperó
que aquel árbol bien plantado y altivo
diera higos sabrosos y tiernos.

Tres años de paciencia
aguantando críticas y risas
de expertos, cínicos y amigos.

No estoy yo solo

Tras el temblor opaco de las lágrimas,
no estoy yo solo.
Tras el profundo velo de mi sangre,
no estoy yo solo.

Transfigúranos

Transfigúrame, Señor, transfigúrame.

Quiero ser tu vidriera,
tu alta vidriera azul, morada y amarilla.
Quiero ser mi figura, sí, mi historia,
pero de ti en tu gloria traspasado.

Transfigúrame, Señor, transfigúrame.

Tomad, Señor, y recibid

Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad

Corpus Christi

Todo fue así: tu voz, tu dulce aliento
sobre un trozo de pan que bendijiste,
que en humildad partiste y repartiste
haciendo despedida y testamento.

Espíritu creador

Todo cuanto vive, de Ti recibe aliento.
Todo cuanto crece, de Ti recibe savia.
Todo cuanto se mueve, de ti recibe aire.
Todo cuanto canta, de Ti saca la música.
Todo cuanto grita, de Ti aprende la protesta.

Venid y lo veréis

Todo comenzó con un encuentro fortuito
un día cualquiera
a eso de las cuatro de la tarde,
una hora sin programaciones.

Recapacitó y fue

Todas tus parábolas, una vez iniciadas,
tienen un final
que nos alcanza como lanza afilada.

Recogen, en síntesis, lo que es historia cotidiana
de pugna y respuesta
a tu respetuosa invitación y llamada.

martes, 3 de mayo de 2016

¿Tienes sed de amor?

¿Tienes sed de amor?
«Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba...» [Jn 7, 37]
Yo le saciaré y le llenaré.
¿Tienes sed de ser amado?,
te amo más de lo que te puedes imaginar…
hasta el punto de morir en la cruz por ti.

Termina mi día

Termina mi día, Señor

Quiero darte gracias por todo lo bello que me regalaste, por lo visible y lo invisible, por tantas gracias que me acompañaron y regalaste.

Tengo suerte

Tengo suerte, Señor, y lo sé. Tengo la suerte de conocerte, de conocer tus caminos, tu voluntad, tu Ley. La vida tiene sentido para mí, porque te conozco a ti, porque sé que este mundo difícil tiene una razón de ser, que hay una mano cariñosa que me sostiene, un corazón amigo que piensa en mí, y una presencia de eternidad día y noche dentro de mí. Conozco mi camino, porque te conozco a ti, y tú eres el Camino. Tengo mucha suerte de conocerte y de vivir contigo. Gracias, Señor.

Magnificat

Tengo necesidad de decirlo, porque lo siento dentro como una tormenta.
Tengo que proclamar bien fuerte lo que Tú, Señor, has hecho conmigo,
lo que haces en la historia de la humanidad.

Ascensión - Testigos

Tengo mis puertas y ventanas abiertas
para que entres en mis entrañas
y descoloques y centres mi corazón
en tus proyectos y ofertas.

Tengo miedo a decirte sí

Tengo miedo a decirte que sí, Señor,
porque... ¿a dónde me vas a llevar?...

Tengo miedo a arriesgarme,
a firmarte en blanco,
de darte un "sí",
que genere una reacción de "síes" en cadena;
y sin embargo... ¡no tengo paz!

Darme

Temo el momento de dar;
más, el momento de darme.
¿Pierdo la seguridad
si dejo de ser cobarde?

Tú eres mi tesoro

Te tengo y no te tengo
porque, creyendo en tu palabra,
renuncié a poseer cosas y personas
en mi casa, en mi corazón y en mis entrañas.

Bautismo de Jesús

Te sumerges con nosotros
en las aguas del pecado,
compartiendo nuestra muerte
y manchándote de barro.

Yo seré tu refugio

Te sentirás solo, sin testigos.
Te encontrarás aislado, sin puentes.
Te abrumará el silencio, sin palabras.
Te dolerá el olvido, sin aplausos.
Te inquietará la duda, sin respuestas.
Te pesará la carga, sin ayudas.
Te asustará el compromiso, sin seguridades.
Te verás desnudo, sin mentiras.

Discernimiento. Tomar decisiones

Te ruego, Señor, que en este tiempo decisivo de mi vida,
esté más unida a ti, por la oración, por la Eucaristía, por la entrega;
que elimines todo cuanto nos separa a mí de ti, y a ti de mí.
que me liberes de todo lo que me impide decidir con libertad y sabiduría.

lunes, 2 de mayo de 2016

Hoy

Te prometo, Señor, de hoy en adelante:
no guardar nada "para una ocasión especial",
porque cada día que vivo es una ocasión especial.

Pasar más tiempo con las personas que quiero,
comer mi comida favorita y visitar los sitios que anhelo,
pues la vida es una sucesión de momentos para disfrutar,
no una competición para sobrevivir.

Dolientes curados

Te presiona la turba de dolientes.
Todas las muestras del sufrir humano
quieren llegar a Ti. Sollozan, gimen,
se arrastran por el polvo hacia tu amparo.

Sin Ti mi vida se seca

¡Te necesito, Señor!, porque sin Ti mi vida se seca.
Quiero encontrarte en la oración, en tu presencia inconfundible,
durante esos momentos en los que el silencio se sitúa de frente a mí, ante Ti.

¡Quiero buscarte! Quiero encontrarte dando vida a la naturaleza que Tú has creado;
en la transparencia del horizonte lejano desde un cerro,
y en la profundidad de un bosque
que protege con sus hojas los latidos escondidos de todos sus inquilinos.

Te necesitamos

Te necesitamos:
no andemos sin rumbo,
no nos perdamos en las tareas cotidianas,
no nos envuelvan los agobios,
no nos distraigan de tu presencia.

Subamos juntos el camino,
que Dios nos invita a la plenitud,
a vivir una vida en abundancia.

Te necesitamos, Cristo

Te necesitamos, Cristo, único mediador,
para entrar en comunión con Dios Padre
y llegar a ser como Tú, Hijo único,
sus hijos adoptivos en el Espíritu Santo.

En el centro de la historia

Te hemos visto, Jesús,
en el centro de la historia.
Más profundo que el político
más humano que el guerrillero.

Con tu huella imborrable
las conciencias se sinceran
y nuestro deseo de cambiar
acrecienta su firmeza.

Te hemos hecho un hueco

Te hemos hecho un hueco, te estamos esperando,
porque te necesitamos para:

poner sosiego en nuestros ritmos,
llenar de ternura nuestro hogares,
embargar con tu paz nuestras luchas,
ilusionar con novedad nuestras rutinas,
dinamizar nuestros cansancios,
acurrucar nuestras tristezas,
fortalecer nuestros miedos,

En la paz y en el dolor

Te he encontrado en muchos sitios, Señor.
He escuchado el latido de tu corazón en la tranquilidad perfecta de los campos,
en el sagrario de una catedral vacía,
en la unidad de mente y corazón de una asamblea de personas que te quieren.
Te he encontrado en el gozo, donde a menudo te busco.

Te estamos esperando

Te estamos esperando;
este año va de veras la Navidad,
no va a ocurrir como otras veces
que montamos mucha fiesta
y no te hacemos hueco.

Gracias por la vida y la ilusión

Te doy las gracias, Dios, con María,
la mujer sencilla
que pasó toda su vida
al servicio de la alegría.

Te doy las gracias
por la vida y la ilusión que vive en mí:
porque vivo en estos momentos
tan importantes de la Historia
y voy forjando el futuro del mundo
con mi trabajo, esfuerzo y alegría.

Fariseo y publicano

Te doy gracias Señor,
porque soy como los demás hombres.

Intento estar seguro de mí
ante tu ausencia,
cuadro mi contabilidad
para no ser sorprendido
al final de la jornada.

Puedo trabajar

Te doy gracias, Señor,
porque puedo trabajar.
Bendice mis tareas y las de
mis compañeros.

Dame la gracia de conocerte a través
del trabajo de todos los días.
Ayúdame a ser servidor
incansable de los demás.

Con los hermanos

Te doy gracias, Señor,
porque me permites entrar
en este itinerario de oración y comunión
con todos los hermanos.

Es constante y eterno tu amor conmigo

Te doy gracias, Señor,
porque eres bueno,
porque es constante y eterno
tu amor conmigo.

Te doy gracias, Señor,
Dios de todo,
porque en todo lo mío
Tú intervienes,
porque es constante y eterno
tu amor conmigo.

Conversión de San Pablo

Te doy gracias, Señor, porque cuentas conmigo, a pesar de mi pequeñez y mi pecado. Cuentas conmigo y me llamas, como llamaste a Pablo, un fariseo inteligente, fanático, intransigente, que quería acabar con los que no pensaban como él.

Pedro y Pablo

Te doy gracias, Señor, porque cuentas conmigo,
a pesar de mi pequeñez y mi pecado.

Cuentas conmigo y me llamas,
como llamaste a Pedro,
un pescador sencillo, apasionado, bravucón,
que se creía más fuerte que sus compañeros.

Porque eres bueno

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque eres bueno
porque tu misericordia es infinita

Has puesto tu mirada en mí, Dios de amor.
¡Que puedo decirte si Tú me conoces del todo!
Me he quedado mudo ante tu presencia
porque soy poca cosa y, sin embargo, me amas.

Al más infiel de tus siervos
muestras tu mirada de amor
y le dices: ¡Levántate! ¡Sígueme!

Y yo, escuché tu voz y confié en ti.
Señor confío en ti, porque tú eres amor,
justicia y misericordia infinita.

Gloria al Padre…

Gracias, Señor, de todo corazón

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.

Gracias por los amigos

Te doy gracias,
Padre Bueno,
Dios de la Vida,
por los amigos
que me regalas
en el camino de la vida.

Te doy gracias María

Te doy gracias María, por ser una mujer.

Gracias por haber sido mujer como mi madre y por haberlo sido en un tiempo en el que ser mujer era como no ser nada.

Gracias porque cuando todos te consideraban una mujer de nada tu fuiste todo, todo lo que un ser humano puede ser y mucho mas, la plenitud del hombre, una vida compileta.

Me perdonas más que yo mismo

Te doy gracias, Jesús, por tu misericordia.
Porque nos amas, tú el pobre.
Porque nos sanas, tú herido de amor.
Porque nos iluminas, aun oculto,
cuando tu ternura enciende el mundo.
Porque nos guías, siempre delante,
siempre esperando.

Te doy gracias, Jesús, por tu misericordia.
Porque nos miras desde la congoja
y nos sonríes desde la inocencia.
Porque nos ruegas desde la angustia
de tus hijos golpeados,
nos abrazas en el abrazo que damos
y en la vida que compartimos.

Un Dios compasivo

Te doy gracias de todo corazón,
Señor, Dios mío,
te diré siempre que tú eres amigo fiel.
Me has salvado del abismo profundo,
y he experimentado tu misericordia.
Me has librado de los lazos de la tentación,
y he experimentado tu misericordia.
Me has hecho revivir, volver al camino,
y he experimentado tu misericordia.
Has curado la fiebre que me impide servir a los hermanos.
Has abierto mis ojos y mis oídos para ver y escuchar a quién me necesita.
Sigue protegiendo mi vida. Sálvame. Confío en ti.

Tu ternura nos envuelve

Te damos gracias, Señor, porque nos has mirado con amor,
porque tu ternura no se detiene ante nuestra pequeñez.
Tu cariño de Padre nos envuelve, nos alienta,
aún antes de que hubieramos nacido.

Volver a ti

Te damos gracias, Señor, porque has movido
nuestros corazones para que volvamos a ti.

Te damos gracias, porque nunca nos abandonas
a pesar de nuestr tozudez, de nuestra infidelidad.

Tú eres el Dios que nos salva

Te damos gracias, Señor,
porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga.

Tiempo de silencio

Te damos gracias Señor, por estas experiencias que hemos compartido.
Por este trabajo en el que hemos ido descubriendo el valor de un  tiempo,
que muchas veces pensamos es un "tiempo muerto"

Ayúdanos para que este sea un tiempo dedicado,
primero a nosotros mismos: Que aprendamos a practicar
el silencio  que ahonda nuestro interior y que nos ayuda
a conocernos y entendernos.

Gracias

Te damos gracias, Señor, Dios de la vida,
por todo lo que hemos recibido de tu mano, de tu ternura.

Gracias por toda nuestra historia,
por la que hemos recorrido ya
y por lo que nos queda por recorrer.

Naces en nuestro corazón

Te damos gracias porque naces en nuestro corazón
y tu comprensión rompe nuestros rencores.

Te damos gracias porque naces en nuestro corazón
y tu amor rompe todos nuestros egoísmos.

Sembrador

Te damos gracias, Padre
porque sabemos que nos miras con amor,
miras con ternura nuestros corazones.

Danos la fuerza de tu Espíritu
para romper tanta dureza,
para arrancar malas hierbas,
para acoger tu semilla, tu amor
en la vida y en la oración.

domingo, 1 de mayo de 2016

Gracias por Jesús

Te damos gracias, Padre,
porque nos has revelado el rostro de tu Hijo Jesús
y quieres recrearnos a su imagen.
Te damos gracias, Padre,
porque nos ofreces la posibilidad de vivir plenamente,
arraigados y cimentados en Él.

Buen Pastor

Te damos gracias, Padre
porque eres el amor y la vida,
el Buen Pastor.
Sin nombrarte o reconociendo tu nombre,
todos los hombres te buscan.

Juan Bautista

Te damos gracias, Padre, por Juan Bautista
y por todas las personas que preparan el camino
que nos conduce a Ti, a la felicidad más grande.

Te damos gracias, Padre, porque cuentas con nosotros,
para continuar la misión de Juan Bautista.

Nacimiento de San Juan

Te damos gracias, Padre, por Jesucristo, tu Hijo.
Te damos gracias, Padre, por Juan Bautista.

Juan es el amigo, Cristo es el Esposo.
Juan es la voz, Cristo es la Palabra.
Juan es la lámpara, Cristo es la Luz.
Juan es el precursor, Cristo es el Mesías.
Juan es el mensajero, Cristo es el Mensaje.
Juan anuncia la necesidad de allanar el camino, Cristo es el Camino.
Juan bautiza con agua, Cristo bautiza con Espíritu Santo y fuego.

Los secretos del Reino en parábolas

Te damos gracias, Jesús, porque, a través de las parábolas, nos has mostrado el corazón compasivo de Dios; un Dios Padre, que siempre nos mira con un amor increíble, nos acoge con una sonrisa emocionada y un abrazo generoso; un Dios sembrador que esparce en nuestro corazón las mejores semillas y nos regala a cada uno abundantes talentos y capacidades; un Dios que prepara una gran fiesta, donde se celebre la vida, el perdón y la liberación definitiva de todo lo que esclaviza y degrada al ser humano; un Dios que garantiza un futuro feliz a todos los pobres Lázaros del mundo; un señor generoso que mide el premio mucho más por el amor que él siente hacia los trabajadores que por el fruto que éstos hayan conseguido.

Cristianos humildes y comprometidos

Te damos gracias, Dios y Padre nuestro,
por los cristianos humildes y comprometidos
de hoy y de ayer,
que pusieron su amor a Dios al servicio de su prójimo;
por las personas y grupos que luchan
por la liberación de los oprimidos y necesitados.

Gracias por Jesús

Te damos gracias, Dios Padre nuestro,
por enviar a nuestro mundo a tu Hijo Jesús.
Él es la fuente de la felicidad, la justicia y la paz,
Él es el amor que nos acaricia y nos cura,
Él es la ternura que derrite nuestra dureza,

Huésped inquieto y peligroso

Te creía un Dios cualquiera
de esos que salen al mercado,
crean impacto,
conquistan a la gente
y, en poco tiempo, quedan olvidados.

Te manifiestas en nuestra historia

Te cantamos con el corazón agradecido
porque, una vez más, te manifiestas
en medio de nuestra historia
y de nuestras vidas.

Te buscaré

Te buscaré sin descanso cada día,
en el lloro y en la risa, en la pena y en el canto,
en el paso del que llega y en los ojos del vigía,
en el ruido y en la espera, en el coche y el asfalto.

Te bendecimos por el don del Espíritu

Te bendecimos, Padre, por el don del Espíritu
que, por tu Hijo, haces al mundo.
Te bendecimos, Padre,
por haber puesto tu Espíritu en el ser humano:
Espíritu de luz en los profetas,
Espíritu de verdad en los testigos.
Espíritu de fortaleza en los que luchan por la justicia.

Te bendecimos por el don del Espíritu

Te bendecimos, Padre,
por el don del Espíritu que, por tu Hijo, haces al mundo.
Lo hiciste al principio,
cuando incubabas el universo al calor del Espíritu,
para que naciera un mundo de luz y de vida,
que pudiera albergar al hombre.

Te bendecimos, Espíritu

Te bendecimos, Espíritu creador,
fuente de vida y novedad,
dador de identidad cristiana y libertad,
que renuevas constantemente la faz en la tierra.

Refugio de mi vida

Te alabo, mi Dios y salvador; te doy gracias, Dios de mi padre.

Contaré tu fama, refugio de mi vida, porque me has salvado de la muerte, detuviste mi cuerpo ante la fosa, libraste mis pies de la garra del Abismo, me salvaste del látigo de la lengua calumniosa y de los labios que se pervierten con la mentira, estuviste conmigo frente a mis rivales, me auxiliaste con tu gran misericordia del lazo de los que acechaban mi traspié, del poder de los que me persiguen a muerte, me salvaste de múltiples peligros, del cerco apretado de las llamas, del incendio de un fuego que no ardía, del vientre de un océano sin agua, de labios mentirosos e insinceros, de las flechas de una lengua traidora.

Nuestra única seguridad

Te alabamos, Señor,
porque ni la fuerza de los poderosos,
ni las redes de los tramposos,
ni las razones de los técnicos,
ni el dinero de los ricos,
ni la seducción de la publicidad,
ni las manos de los jefes,
pueden ahogar la fuerza de la libertad
que nos viene de ti.

Tarde te amé

Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé.
Y he aquí que Tú estabas dentro de mí y yo fuera,
y fuera te buscaba yo, y me arrojaba sobre esas hermosuras que Tú creaste.
Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Me mantenían lejos de Ti aquellas cosas que, si no estuviesen en Ti, no existirían.

Sólo tengo lo que doy

Tan pobre que sólo tengo lo que doy
y sólo puedo dar lo que tengo: es decir todo mi ser.
Vivir el aquí y el ahora sin agarrarme al pasado ni anticipar el futuro es vivir en la pobreza de este pequeño instante en el que sólo tengo lo que doy.
No hay nada  más mío que lo que soy capaz de ofrecer al otro.

Al César lo que es del César

También nosotros sabemos, Jesús, que Tú eres sincero,
que enseñas el camino que nos lleva a Dios,
el camino verdadero que nos da paz y felicidad.
Queremos escucharte hoy con un corazón atento,
con una voluntad decidida para recorrer tu camino.
Tú no nos engañas, Tú hablas con claridad.
Nos adviertes del peligro de construir mal nuestra vida
de ofrecer al César (a cualquier ídolo) lo de Dios
y a Dios lo que les corresponde a las cosas y a las personas.

Tu rostro buscaré

Subo a la montaña para orar,
Buscando los destellos de tu rostro; me pongo en tu presencia y la nube me ilumina, la nube que me envuelve y me penetra, transparencia de tu gloria, sacramento, y guardo tu rostro y tu palabra.
Tu rostro buscaré, Señor; orando en el templo, buscaré; escuchando tu silencio, buscaré; y buscando siento que me miras, y entraño la mirada de tu rostro.
Tu rostro buscaré, Señor; bajaré hasta la choza y la chabola, para orar, para estar con los excluidos, inmigrantes de color, receptores de todos los rechazos y rostros humillados, suplicantes, en el fondo, como el tuyo.
El cielo se abre en su presencia y yo me siento como un reo, porque no hay lugar en nuestras casas.

Soy la más pequeña. Magnificat

Soy la más pequeña, sin duda,
pero Dios me ha mirado,
y yo grito mi alegría.

Comparto la pobreza de mi pueblo,
el pequeño Israel, "su siervo",
pero Él con su misericordia me ha mirado,
y yo desbordo de gozo
como en el día de boda,
y proclamo con fuerza la belleza de su amor.

A Dios no se le mueren sus hijos

Soy hijo e hija de Dios,
desde ya participo en la resurrección…
porque a Dios no se le mueren sus hijos
y Jesús no pierde a ninguno de sus amigos.

Descanso en sus manos maternales,
y siento que son buenas manos.
Abandono en ellas mis tristezas por el pasado
y mis ansiedades por el futuro.

Me centro en el presente,
noto que se diluyen mis miedos
y se ilumina mi fe en el amor ilimitado de Dios,
un amor que rebasa cualquier barrera temporal:
creo, Señor, en la vida después de la muerte
y para siempre, sencillamente porque confío en ti.

Julia Blázquez

Sonetos Eucarísticos

Nadie ni nada

Nadie estuvo más solo que tus manos
perdidas entre el hierro y la madera;
mas cuando el pan se convirtió en hoguera
nadie estuvo más lleno que tus manos.