viernes, 22 de diciembre de 2017

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.

Amen.

domingo, 3 de diciembre de 2017

Es oscura la noche

Dame la mano y no la sueltes,
que te quiero y no quiero perderte,
que soy pequeño y tengo miedo,
que es oscura la noche.

Padre, abrázame;
abrázame y no me sueltes,
que te deseo y deseo tenerte,
que soy niño y necesito calor,
que es fría la noche.

Padre, dime,
cuéntame y no dejes de hablarme,
que estoy solo y necesito sentirte,
que no soy nada y necesito tu voz,
que es silenciosa la noche.

Padre, mírame,
que te amo y necesito verte,
que soy tu hijo
y deseo la luz de tus ojos,
que es ciega la noche.

Padre, ayúdame y no me dejes,
que es larga la noche

sábado, 25 de noviembre de 2017

Disfrutar de tu mirada

Padre, no sé qué decirte esta noche.
No encuentro palabras.

Me basta cerrar ojos suavemente
y dejar que tu mirada se pose en mí.

Poco a poco, me atrevo a mirarte a los ojos.
Nuestras miradas se encuentran.

No veo en tu rostro arrugas de reproche.
Tu sonrisa serena contagia ternura y paz.

Te miro y los miedos escapan,
las tentaciones y la tristeza huyen.

Te miro y me siento acompañada,
comprendida, perdonada, sostenida…

Te miro y, a pesar de todos los pesares,
me siento tu hija amada.

Callo ya, Señor.
Sólo quiero disfrutar de tu mirada.

jueves, 23 de noviembre de 2017

En mi debilidad

En mi debilidad,
Tú eres mi fuerza, Señor.

En mi deseo de curarme,
Tú eres mi fuerza, Señor.

En mis momentos bajos,
Tú eres mi fuerza, Señor.

Cuando no puedo rezar,
Tú eres mi fuerza, Señor.

Cuando rezo con fe,
Tú eres mi fuerza, Señor.

En mi familia y amigos...
Tú eres mi fuerza, Señor.

En mi vida,
Tú eres mi fuerza, Señor.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Jornada Mundial de los pobres 2017

Todos somos mendigos, Señor Jesús,
mendigos del pan de tu Palabra,
mendigos del pan de tu Amor.
Gracias por regalarnos tu Pan,
por alimentar el hambre más profunda.

Gracias por los talentos que me has dado.
Que nunca me considere tan pobre
que no me crea capaz de compartir con los demás.
Que nunca me considere tan rico
que piense que no necesito nada de nadie.

Tú no quieres que ninguna persona sea descartada.
Y, por eso, nos has confiado una misión:
que tus dones lleguen a todos tus hijos,
que todos tengan pan, sanidad, casa, educación,
que todos se sientan respetados y queridos…

No dejes que el egoísmo me haga indiferente,
ante las pobrezas espirituales y materiales de las personas.
No permitas que me cruce de brazos
y tienda las manos a quien me necesita:
el hambriento y el enfermo, el forastero y el encarcelado,
el que sufre sin ayuda y el necesitado descartado.

Ayúdame a abrir los ojos de la cara y del alma
para descubrir la “fuerza salvadora” de los pobres.
Desde ellos, tú llamas a mi puerta y esperas mi amor.
Desde ellos, tú me bendices, me haces más humano,
me recuerdas que lo más importante de la vida es amar.

Señor, Tú tienes compasión de nuestra pobreza
nos regalas tu amor y nos revistes de tus talentos,
danos la sabiduría de buscar lo que cuenta
y el valor de amar con palabras y, sobre todo, con hechos.

Oración inspirada en la homilía del Papa Francisco.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Espíritu

Espíritu de la verdad, aleja la mentira de mi lengua y de mi mente.
Espíritu de Amor, aleja de mi corazón la ira y el egoísmo.
Espíritu de Santidad, aleja el pecado de mis obras y pensamientos.
Espíritu creativo, aleja de mis manos el deseo de destruir.
Espíritu de Justicia, aleja de mi vida la iniquidad y la sinrazón.
Espíritu de Paz, aleja de la humanidad la violencia y la guerra.
Espíritu de Caridad, aleja de mí la tentación de ser el centro.
Espíritu de Dulzura, aleja la amargura de mis gestos y palabras
Espíritu de Sabiduría, aleja de mi razón la ignorancia y la soberbia.
Espíritu de Humildad, aleja de mi ser el orgullo y la vanidad.
Espíritu de Alegría, aleja la tristeza de mi rostro y de mi alma.

Enfermedad, miedo, confianza

Tengo miedo, Señor,
porque mi salud no remonta.
TENGO MIEDO, PERO CONFÍO EN TI.
porque Tú eres mi Padre
y sé que no me faltará tu compañía.

Tengo miedo, Señor,
cuando pienso en mi familia.
TENGO MIEDO, PERO CONFÍO EN TI.
porque Tú eres Padre de todos
y sabes cuidar de todos tus hijos.

Tengo miedo, Señor,
porque a veces me canso de luchar
TENGO MIEDO, PERO CONFÍO EN TI.
porque Tú eres mi fuerza
y sé qué me tenderás tu mano

Tengo miedo, Señor,
porque a veces me parece inutil rezar.
TENGO MIEDO, PERO CONFÍO EN TI
porque Tú eres fiel
y, aunque yo te olvide, Tú no me olvidas.

Cuentas con flaquezas y talentos

Desde el vientre materno,
desde antes de mi tiempo y mi conciencia
crees en mí. Mucho más que yo mismo.
Crees que puedo. Que valgo.

Cuentas con mis manos y mis pasos,
con mis flaquezas y mis talentos.
Cuentas con mi amor, que es tu reflejo.
Con mi fe, que es tu regalo.

Y me haces imprescindible
para construir tu Reino.
Eso me asusta y me ilusiona,
me provoca y me invita.

Tú sabrás lo que haces, Señor,
al confiar en alguien tan frágil.
Pero por intentarlo no va a quedar.
Aquí estoy.

(José María R. Olaizola, sj)

sábado, 18 de noviembre de 2017

Perseverar: amar cuando amar no apetece

Señor, sabes mejor que yo cuál es mi punto flaco:
no soy constante cuando llegan las dificultades,
dejo de rezar, cuando me creo fuerte o no te siento cerca,
abandono los compromisos, cuando no recibo gratitud,
dejo de estudiar, cuando no tengo un examen cerca,
me cuesta hacer ejercicio, cuando no me apetece
trabajo sin ganas, cuando no me siento motivado,
abandono un grupo, cuando recibo menos de lo que doy,
me canso de las personas que me incomodan...

No siempre es así, Señor, no siempre
y sé que todos, de vez en cuando, necesitamos un respiro.
Pero tengo que reconocer que me falta constancia.
Con toda humildad y con absoluta confianza te pido ayuda:
qué no me lamente tanto de las dificultades de la vida
y sepa aprovecharlas para crecer en perseverancia:
que aprenda a amar cuando amar no apetece;
en definitiva, que aprenda a amar gratuitamente,
que aprenda a amar más y mejor.

martes, 7 de noviembre de 2017

Gratitud en tiempos de enfermedad

Señor, a pesar de que me siento floja
y de que, a veces, tengo miedo,
hoy quiero darte gracias de corazón...
por mi corazón, capaz de amar y de recibir amor,
por mi capacidad para reflexionar, entender y aprender,
por mi cuerpo, hasta hace poco lleno de fuerza,
por mi voluntad, capaz de conseguir tantos objetivos,
por estos 50 años, llenos de buenas experiencias...

Señor, a pesar de que me siento floja
y de que, a veces, tengo miedo,
hoy quiero darte gracias de corazón...
por los ánimos y la fuerza que me das
(nunca había creído que iba a ser capaz de soportar tanto)
Gracias por la cercanía de mi familia y amigos,
por la posibilidad de compartir miedos y esperanzas,
por la fe que me ayuda a aceptar la realidad
y a creer que es posible lo que parece imposible.

Señor, a pesar de que me siento floja
y de que, a veces, tengo miedo,
hoy quiero darte gracias de corazón...

domingo, 29 de octubre de 2017

Amar a Dios y al prójimo como a uno mismo

Señor, enséñame a amarte con todo el corazón,
sin medias tintas, en todo momento.
A veces olvido que cuando te amo con todo el corazón,
mi corazón crece, se extiende, se dilata,
para amar mejor a la pareja, al amigo, al pobre, a quien no me quiere bien.
Tú no eres celoso, no robas mi corazón para ti solo.
Ensanchas mi corazón para amar más y mejor a todos.

Señor, enséñame a amarte con todo la mente.
Hazme experimentar la inteligencia del amor:
cuando amo comprendo mucho más, veo más claro;
la claridad y la caridad van siempre de la mano;
la claridad se logra recorriendo el camino del amor.
Quisiera recorrer contigo, Señor, este camino de vida.

Señor, enséñame a amarte con todo mi ser,
con todas mis capacidades, con cada parte de mi cuerpo.

Señor, enséñame a amar al prójimo con todo el corazón,
a escuchar la voz del hermano como si fuera la palabra tuya,
a contemplar su rostro como una página de la Biblia.

Finalmente, Señor, enséñame a amarme,
a  valorarme como un prodigio salido de tu mano.
No quiero amarme egoístamente, Señor,
Me gustaría amarme bien, para poder amar mejor,
para aprender a darme del todo, sin medida,
a amar incluso cuando no voy a ser correspondido.
a amar contigo y como Tú me amas.

La mujer fuerte

La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene.

Hizo del templo su casa;
mantuvo ardiendo su lámpara.

En la mesa de los hijos,
hizo a los pobres un sitio.

Guardó memoria a sus muertos;
gastó en los vivos su tiempo.

Sirvió, consoló, dio fuerzas;
guardó para sí sus penas.

Vistió el dolor de plegaria;
la soledad, de esperanza.

Y Dios la cubrió de gloria
como de un velo de bodas.

La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene. Amén.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Corrección fraterna

Si gasto las horas
en batalla infinita
en vanas visiones
o en fugaces sueños,
despertadme,
los que me llamáis
amigo.

Amigos sois
si zarandeáis mi inconsciencia
y plantáis cara a mi egoísmo.
Si afeáis el ciego encierro
de quien se enclaustra
tras altos muros
para evitar, viviendo menos,
ser herido.

Amigos sois si gritáis
hasta el hartazgo,
el vuestro o el mío,
que no han de ser
mis días una ficción.
Sed exigentes,
aunque os lo pague
con mueca distante.

(www.rezandovoy.org)

sábado, 5 de agosto de 2017

Valorar a las personas cercanas

Señor, tú nos has confiado muchos talentos, muchas capacidades, muchas posibilidades de crecer y servir.

Hay talentos muy vistosos: la simpatía, la facilidad de palabra, la fuerza física... Otros talentos están más ocultos: la capacidad de amar, de escuchar, de rezar...

Señor, gracias por todos los talentos he recibido a lo largo de mi vida. Gracias por darme la posibilidad de multiplicarlos.

Dame una mirada limpia para reconocer los talentos de las personas más cercanas: mi familia, mis compañeros de trabajo, mis vecinos...

Qué sea capaz de descubrir y agradecer hasta las capacidades más ocultas de quienes me rodean. Son un regalo para ellas y también para mí.

Gracias, Señor, por todos los dones que repartes entre todos tus hijos e hijas. Amén.

Verdad molesta

Gracias, Señor, por los profetas,
por los profetas amigos y por los desconocidos,
por esas personas que nos recuerdan verdades molestas:
gastamos excesivamente en caprichos,
vivimos como si no existieran los pobres, los enfermos...
nos encerramos en nuestra comodidad,
dejamos que la pereza o la lujuria tomen las riendas de nuestra vida,
confundimos lo que necesitamos con lo que nos apetece,
nuestra solidaridad es de calderilla, 
dedicamos a Dios los desperdicios de nuestro tiempo,
ponemos ideologías y doctrinas por encima de las personas,
nos quejamos demasiado por lo que no tenemos,
disfrutamos poco de lo que Tú nos regalas cada día.
Verdades molestas, demasiado molestas.

Ayúdanos a escuchar a tus profetas,
abre nuestra mente y nuestro corazón a la verdad,
a esa verdad que denuncia lo que no funciona
y nos abre nuevos horizontes de vida más plena.

Danos la luz y la fuerza de tu Espíritu,
para ser profetas humildes y valientes,
que denuncien la mentira y la injusticia,
que alienten la esperanza, el amor y la paz.

miércoles, 19 de julio de 2017

Ay de ti

Ay de ti si tu vida se va diluyendo
entre las prisas y los agobios.
Ay de ti si vives con los ojos cerrados
a tantos milagros cotidianos.
Ay de ti si dices que me amas
y luego solo te buscas a ti mismo.
Ay de ti si miras para otro lado
cuando te encuentras un hermano
caído en el camino.
Ay de ti si acumulas y acaparas sin freno,
y te olvidas de compartir con los pobres.

Pero…
Dichoso tú si en medio de las prisas y los agobios
percibes mi presencia de paz.
Dichoso tú si en cada rincón de tu existencia
ves un milagro de mi mano.
Dichoso tú si cuando dices que me amas
haces verdad este amor sirviendo a los más débiles.
Dichoso tú si vives con ojos abiertos y manos extendidas
ante los descartados de la tierra.
Dichoso tú si tu alegría te lleva a desprenderte de algo de lo que acumulas
para que otros puedan gozar de una vida más digna.

Ser buena noticia

Ser en la vida buena noticia,
ser gesto, palabra, imagen, silencio, canción.
Salir a la calle a diario, llegar hasta el último rincón.
Llevar sin tardar, para todos, bocados de aliento… de Dios.

Vivir de tal manera, que a algunos despierte curiosidad
nuestro vivir con menos, con otros, con riesgo, con gratuidad.
Dejar que los otros, los pobres, coman de nuestro tiempo,
hasta encontrar en ellos, nosotros, la extraviada identidad.

Y siempre, siempre, siempre, buscar el sitio entre la gente.
Pues toda ella es, sin dudarlo, la buena noticia de Dios.
Posar sus miedos, alzar sus sueños, andar sus pasos intermitentes,
hasta lograr que todos destapen el gran tesoro que son por dentro.

Seve Lázaro, sj

jueves, 6 de julio de 2017

Mirada borrosa y recortada

Señor, a veces soy tan pequeño, tan limitado...
No me alegro por lo bueno que hace mi amigo, mi hermano, un extraño...
Me enfado, critico y vapuleo a quien hace el bien.
Pienso y digo: ¡Por algo lo hará! ¡Algún beneficio sacará!
¡Lo hace para darse a entender y, además, lo hace mal!
Parece que necesito rebajar a los demás para subir yo.

Cuando pienso y siento así, la alegría y la esperanza escapan;
me aíslo y sólo me acompañan la tristeza y la amargura.

Señor, ¡cura mi mirada borrosa y recortada!
dame una mente más amplia y un corazón más grande;
para que sepa fijarme más en los aciertos y menos en los errores,
para reconocer y alegrarme por todo lo bueno que sucede,
para que pueda aprender de todos y de todo,
para darte gracias por el bien que hace mi amigo, mi hermano, un extraño...

Así seré más feliz, transmitiré más alegría
y me pareceré más a Ti, Padre bueno y generoso,
que valoras y te alegras con cada gesto de amor de tus hijos.

martes, 4 de julio de 2017

Baja, humíllate conmigo

Tú, Jesús humilde,
nunca me has dicho:
Humíllate ante mí,
dobla la cabeza,
el corazón, la vida,
y esparce sobre tu rostro
luto y ceniza.

Tú me propones:
Levanta la mirada,
y acoge la dignidad de hijo
en toda tu estatura.
Humíllate conmigo
y vive en plenitud.

Bajemos juntos
a la hondura sin sol
de todos los abismos,
para transformar
los fantasmas en presencia
y los espantos en apuesta.

Únete a mi descenso
en el vértigo y el gozo
de perdernos juntos
en el porvenir de todos
sin ser un orgulloso inversor
de éxitos seguros.

(Benjamín G. Buelta sj)

martes, 27 de junio de 2017

Amar discretamente

Señor, enséñame a amar discretamente,
como el viento, que nos acaricia, sin dejarse ver;
como el sol, que ilumina, calienta y anima la vida, sin hacer ningún ruido;
como los pájaros, que cantan, escondidos, en la espesura del bosque;
como una madre, entregada a sus hijos, sin contar jamás las horas trabajadas;
como los voluntarios, que ofrecen su tiempo todos los días, sin buscar un aplauso;
como esas personas generosas, que comparten su dinero sin pretender reconocimiento;
como el político comprometido con su pueblo, aunque no lo anuncie el periódico;
como la monja de clausura, que te dedica su tiempo y su amor en el silencio del claustro;
como Tú, Señor, acompañas, sostienes y alegras mi vida, sin pasar un recibo por los servicios prestados.

Señor, enséñame a amar discretamente,
no para conseguir más cosas, sino para agradecer lo mucho que he recibido;
no para que Tú me mires con cariño, sino porque Tú me miras con una inmensa ternura.

No echéis vuestras perlas a los cerdos

Señor, mi perla más bella y más valiosa es la vida,
y a veces tengo la sensación de que la desperdicio.
Dedico demasiado espacio a diversiones exageradas,
a veces los estudios y el trabajo ocupan todo mi tiempo,
en bastantes ocasiones me dejo llevar por la pereza
y, en otros momentos, mi único Dios es el dinero.

Esos son los cerdos a los que echo mis perlas:
la diversión exagerada, el trabajo obsesivo,
la pereza comodona, la avaricia por el dinero...
Y así, mi perla pierde brillo, mi vida se arruga.

Señor, ayúdame a encauzar bien mi vida,
a dedicar mi tiempo y mi vida a lo que merece la pena:
a encontrarme contigo, a escucharte y hablarte sin prisa,
a vivir con amor mis obligaciones familiares, laborales...
a servir con cariño a las personas que más lo necesitan,
a construir tu Reino de justicia, verdad, amor y paz.

Y así, cuando me preocupe y ocupe de lo importante,
Tú me darás todo lo demás por añadidura.
Y mi perla tendrá el brillo de la alegría más grande.

viernes, 26 de mayo de 2017

Alegría sin precio

Gracias, Señor, por tu alegría sin precio,
que se acoge como un regalo,
con la que no se negocia,
que se vive sin estridencias.

Gracias, Señor, por tu alegría extraña,
que se impone al dolor,
se renueva cada día,
crece en el perdón, en el servir,
en lo pequeño y silencioso.

Gracias, Señor, por tu alegría plena
que levanta al caído una y otra vez,
desborda de nuevo en la hora de la decepción,
apasiona cuando queda poco
y construye donde parece habitar el vacío.

Gracias, Señor, por tu alegría sencilla,
de las cosas pequeñas, de los gestos humildes,
de la fe cotidiana, de la vida libre,
de la palabra confiada,
del corazón seducido… por Ti.

(adaptación de un poema de Benjamín González Buelta)

viernes, 19 de mayo de 2017

Amigos de Dios

Jesús, Tú me llamas "amigo".
Tú me tratas como el mejor amigo.
Saliste de tu cielo para mostrarme tu amistad,
me buscaste y me buscas en todos mis caminos.

Me abriste tu corazón de par en par.
Me descubriste tus secretos más hondos.
Nos enseñaste que Dios es Amor, es Padre
y que todas las personas -todas- somos hermanas.

Aunque tantas veces descuido nuestra amistad,
aunque a veces me aíslo de mis hermanos
Tú siempre me ofreces tus brazos abiertos
y me animas a abrir los míos a los demás.

Tú nos has mostrado qué es la amistad y el amor:
No hay amor más grande que el que da la vida...
por los amigos, por los pobres, por los enemigos...
El amigo no se conforma con dar. Se da del todo.

A veces, parece que la amistad no merece la pena.
Con tu resurrección nos abriste a la esperanza:
ni el gesto más pequeño de amistad que se pierde,
antes o después, produce un reguero de vida y alegría.

Jesús, Tú eres mi mejor "amigo".
Gracias, gracias, gracias.

domingo, 14 de mayo de 2017

Verdad amable

Jesús, Tú eres la verdad.
No sólo dices la verdad.
Eres la verdad,
con tus palabras y gestos,
con tu muerte y resurrección

Tú nos descubres la verdad de Dios,
de un Dios Padre, de un Dios Amor.
Tú descubres la verdad del ser humano:
somos hijos de Dios, somos hermanos.

Jesús, Tü eres la verdad,
una verdad a veces incómoda,
una verdad desconcertante,
una verdad siempre amable,
una verdad que produce vida,
que verdad que procura libertad,
una verdad que tiene luz,
una verdad que da calor.

Ayúdanos a buscar cada día la verdad,
escuchándote y escuchando a todos.
Enséñanos a ser servidores de la verdad,
no permitas que nos creamos dueños
de una verdad que nos supera,
más grande que nuestra cabeza.

Danos la luz de tu Espíritu
para ser testigos de tu verdad,
una verdad que no se impone,
una verdad que se propone,
sin arrogancia, con humildad,
sin violencia, con ternura.
sin fundamentalismo, con amor.

martes, 9 de mayo de 2017

Crecer en coherencia

Señor, soy débil y tantas veces no hago lo que quiero.
Por eso, pido tu ayuda, para crecer en coherencia.

Que sepa escuchar y dialogar con todos,
qué sepa valorar lo positivo de mis "adversarios",
para construir una sociedad más tolerante,
en la que todos podamos aprender de todos.

jueves, 4 de mayo de 2017

La resurrección comienza ya

Gracias, Jesús Resucitado,
porque tu vida nueva nos envuelve, nos arrastra...

Gracias por resucitarnos de la tristeza
a una alegría que nadie nos puede quitar.

Gracias por resucitarnos del egoísmo
a la generosidad de quien entrega la vida.

Gracias por resucitarnos de la búsqueda de placer
y conducirnos a la búsqueda del amor más grande.

Gracias por resucitarnos del aislamiento,
para abrirnos a la relación con los hermanos.

Gracias por resucitarnos del yo, de "los míos",
para que nos ocupemos de los más necesitados.

Gracias por resucitarnos de la desilusión
a una esperanza más grande que la muerte,

Gracias por resucitarnos del sin-sentido
a la alegría de saber que Tú eres el camino y la meta.

Gracias por resucitarnos del...

Sigue envolviéndonos, sigue arrastrándonos,
Todavía nos falta tanto...
Sigue resucitándonos.

domingo, 23 de abril de 2017

Personas buenas

Te damos gracias, Señor, por las personas que...
visitan a sus amigos y familiares enfermos,
dedican tiempo a las personas inaguantables,
hablan y tratan humanamente a los mendigos,
reservan una parte de sus vacaciones a los pobres,
trabajan desinteresadamente por los demás,
por su cuenta y en organizaciones sociales.

Me conoces y me llamas

En medio de tanta gente como hay en el mundo,
Dios distingue tu cara y conoce tus sentimientos...
Dios oye y reconoce tu voz, tus pisadas, tu tos...
Dios adivina tu perfume de lejos...
Dios te coge de la mano con cariño...
y te llama....

Llamada. Discernimiento

Señor, Jesús, estamos aposentados,
en la comodidad y la rutina,
en el aburrimiento y la desesperanza,
o en la prisa y el ruido.
A veces, más que vivir, vegetamos.

sábado, 22 de abril de 2017

No tenemos vino

En nuestras reuniones familiares y de amigos
donde festejamos lo que Tú nos das;
no abunda el vino del amor.

Para el compromiso diario
por la paz, el trabajo y la justicia;
nos falta el vino de la generosidad.

En nuestras oraciones y celebraciones
que reviven y actualizan tu presencia;
se acaba el vino de la alegría.

Para el anuncio de tu buena noticia
con nuestras palabras y obras;
escasea el vino de la humildad y la valentía.

Para acoger a los enfermos, a los refugiados,
para hacer hueco a los que más sufren,
necesitamos el vino de la fraternidad.

Para afrontar los malos momentos,
en los que nos sentidos hundidos sin remedio,
se agota el vino de la esperanza.

Y por eso andamos tristes y aguados,
sin gracia y con la ilusión apagada.
Nos falta la alegría compartida,
aunque abunden jarras y tinajas.

¡No tenemos vino, Señor!
Convierte nuestra agua en vino.
Conviértenos en vino para los hermanos.

Al servicio del Reino

Señor,
que utilice mi poder, mi fuerza, mi talento...
para curar, nunca para herir;
para dar vida, nunca para matar;
para reconciliar, nunca para enfrentar;
para bendecir, nunca para maldecir;
para servir, nunca para servirme;
para levantar, nunca para derribar;
para consolar, nunca para angustiar;
para corregir, nunca para condenar.

Señor,
que utilice mi poder, mi fuerza, mi talento...
para defender la verdad con amor,
para construir un mundo más justo y fraterno,
para luchar por los derechos de los últimos,
para construir tu Reino.

Qué utilice mi poder, mi fuerza, mi talento
como tú y contigo!!!

Santificado, Padre del cielo

Padre nuestro, que estás en la tierra,
Tú estás vivo en mi corazón,
habitas en lo más hondo de cada persona.
Has dejado tu huella en el universo,
en los animales, las plantas y en cada piedra.

Pero Tú, Padre, estás en el cielo.
Tú eres más, mucho mucho más,
más grande que nuestra inteligencia,
más profundo que nuestro corazón,
más extenso que todo el universo.

Por eso, buscarte, encontrarte y amarte
es la mayor aventura de la vida;
porque nunca te encontramos del todo,
siempre nos esperan nuevas sorpresas
y siempre podemos amarte un poco más.

Queremos respetar y santificar tu nombre.
Ayúdanos a derribar becerros de oro,
a quitar de los labios y del alma
todas esas visiones reducidas de Ti
que tanto usamos y abusamos.

Señor, Tú eres santo, santo, santo;
bueno, bueno, bueno, como el pan;
bello como un amanecer, bello, bello;
Tú eres la fuente de toda santidad,
de toda bondad, de toda belleza.

Que nos dejemos santificar por ti,
en la oración y el trabajo de cada día,
para  nuestra vida proclame
que amarte y seguir es lo mejor
que nos ha podido pasar en esta vida.

¿Me amas más que estos? 2

Señor, tú lo sabes todo, sabes que te amo
con todas las fuerzas de mi pobre corazón,
sabes que soy capaz de jugármela por ti, ahora,
y gritar que no te conozco, dentro de un rato.

Así soy Señor: débil y fuerte a la vez.
Así es mi corazón: valiente y cobarde a un tiempo.
Mis días son cartas de amor y egoísmo barajadas.
Así me quieres y así te quiero.

Gracias porque sé que me quieres,
y que nada ni nadie puede separar tu amor de mi vida.

Gracias, porque sé que te quiero
y, cuando me asaltan las dudas,
sé, al menos, que quiero quererte.

Gracias por vivir contigo esta historia de amor.

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Lo sé.
Sé que me quieres.
Lo sé mucho mejor que tú.
Conozco bien ese corazón tuyo,
precioso, que se parece tanto al mío.

Sé que me buscas, porque me quieres.
Sé que rezas, porque me quieres.
Sé que te comprometes, porque me quieres.
Sé que quieres ser mejor, porque me quieres.
Sé que a veces te alejas, porque no consigues quererme más.
Sé que quieres quererme más, porque ya me quieres mucho.

Tu amor pesa más que tus traiciones.
Te lo aseguro.

Por eso, te digo:
Confío en ti. No lo dudes.
Apacienta mis corderos y mis ovejas.
Cuida de los tuyos.
Ayuda a quien te necesite.
Tiende tu mano al que ha caído.
Son "mis" corderos y "mis" ovejas,
Son un tesoro que pongo en tus manos.
Comparte tu tiempo, tu vida, tu esperanza...

¿Puedo contar contigo,
para contagiar al mundo mi vida resucitada?

Morir es pasar a la habitación de al lado

La muerte no es nada, sólo he pasado a la habitación de al lado.
Yo soy yo, vosotros sois vosotros.
Lo que somos unos para los otros seguimos siéndolo

Dadme el nombre que siempre me habéis dado. Hablad de mí como siempre lo habéis hecho. No uséis un tono diferente.
No toméis un aire solemne y triste.
Seguid riendo de lo que nos hacía reír juntos. Rezad, sonreíd, pensad en mí.
Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra.

La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado.
¿Por qué estaría yo fuera de vuestra mente? ¿Simplemente porque estoy fuera de vuestra vista?
Os espero; No estoy lejos, sólo al otro lado del camino.
¿Veis? Todo está bien.

No lloréis si me amabais. ¡Si conocierais el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudierais oír el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos ¡Si pudierais ver con vuestros ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso! ¡Si por un instante pudierais contemplar como yo la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!

Creedme: Cuando la muerte venga a romper vuestras ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban\ y, cuando un día que Dios ha fijado y conoce, vuestra alma venga a este Cielo en el que os ha precedido la mía, ese día volveréis a ver a aquel que os amaba y que siempre os ama, y encontraréis su corazón con todas sus ternuras purificadas.

Volveréis a verme, pero transfigurado y feliz, no ya esperando la muerte, sino avanzando con vosotros por los senderos nuevos de la Luz y de la Vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás.
AMÉN.

San Agustín

miércoles, 8 de marzo de 2017

En el Día de la Mujer

Gracias, Padre bueno y misericordioso, por las mujeres, por su misión en la tierra, gracias por su sonrisa, por sus ganas de salir adelante y por su fe inquebrantable.

Gracias, Padre de eterna ternura, porque nos has hecho a tu imagen y semejanza, gracias porque nos creaste varón y mujer, te pedimos que, al reconocernos diferentes, encontremos la posibilidad de complementarnos.

Gracias por mi madre. Gracias por cada una de mis hermanas y primas. Porque he aprendido el valor de la amistad con mis amigas. (Gracias por mi esposa).

sábado, 18 de febrero de 2017

No les queda vino

En nuestras reuniones familiares y de amigos
donde festejamos lo que Tú nos das;
no abunda el vino del amor.

Para el compromiso diario
por la paz, el trabajo y la justicia;
nos falta el vino de la generosidad.

En nuestras oraciones y celebraciones
que reviven y actualizan tu presencia;
se acaba el vino de la alegría.

Para el anuncio de tu buena noticia
con nuestras palabras y obras;
escasea el vino de la humildad y la valentía.

Para acoger a los enfermos, a los refugiados,
para hacer hueco a los que más sufren,
necesitamos el vino de la fraternidad.

Para afrontar los malos momentos,
en los que nos sentidos hundidos sin remedio,
se agota el vino de la esperanza.

Y por eso andamos tristes y aguados,
sin gracia y con la ilusión apagada.
Nos falta la alegría compartida,
aunque abunden jarras y tinajas.

¡No tenemos vino, Señor!
Convierte nuestra agua en vino.
Conviértenos en vino para los hermanos.

sábado, 11 de febrero de 2017

Custodios de los enfermos

Dios Padre, amigo de la vida,
que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de tus criaturas,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor.

Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar y cuidar
a los abandonados y olvidados de esta tierra
que tanto valen a tus ojos.

Sana nuestras vidas,
para que sembremos hermosura
y no contaminación y destrucción.

Toca nuestros corazones
y enséñanos a descubrir el valor
de cada persona y de cada cosa,
porque todos somos custodios
de la salud de nuestros hermanos
y de la salud del mundo.
Amén.

jueves, 26 de enero de 2017

De dos en dos

Id de dos en dos.
No vayáis solos,
que no es posible ser cristianos viviendo como islas.
Vosotros, tratad de ser comunidad.

No os carguéis de cosas innecesarias que hagan más pesados vuestros pasos.
Y sentíos muy libres ante los bienes de este mundo…
para poder llevar una vida sencilla y pobre…

Confiad en el Dios que provee en cada momento de todo lo necesario…
Por el camino, habréis de renunciar a los medios poderosos
y en su lugar, optar por los signos sencillos del Reino…

Y no negociéis por lo que hacéis,
dadlo, a manos llenas,
sin pedir nada a cambio,
entregando gratuitamente lo recibido.

domingo, 8 de enero de 2017

Achícame


Agranda la puerta Padre, porque no puedo pasar.
La hiciste para los NIÑOS, yo he crecido, a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta, ACHÍCAME por piedad; 
vuélveme a la edad aquella en que vivir es SOÑAR.

Miguel de Unamuno.